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La discriminación de género y su impacto en la salud mental de las más jóvenes

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La discriminación de género y su impacto en la salud mental de las más jóvenes

El Día Internacional de la Mujer puede ser una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la igualdad, la diversidad, los desafíos y el impacto en la salud mental de la falta de perspectiva de género.

La desigualdad de género comienza desde la infancia e impacta en la salud mental.

Los niños y niñas pueden percibirla en su hogares y comunidades. Un ejemplo de ello es que todavía muchos libros de textos en Latinoamérica y El Caribe muestran a las niñas en una imagen pasiva y dedicada enteramente a las tareas domésticas y de cuidado y a los niños forjando el futuro de la patria , en conquistas y construcción.

El lenguaje como expresión y mediatizador de pensamiento, influye de manera decisiva en la formación de visiones y expectativas. El lenguaje escrito e icónico en los libros de texto puede regular el acceso a espacios, actividades e instrumentos, ofrecer matrices identitarias, así como proyectos posibilidades a recursos económicos, científicos, educativos, tecnológicos, etc.

En estos textos todavía se coagula a las niñas en posiciones de fragilidad que siguen marcando sus destinos de princesas o hadas, o amas de casa.

Las ya conocidas y no suficientemente combatidas frases estigmatizantes con las que todavía se lleva adelante la crianza con brecha de género: “No puedes hacer eso, eres una niña, Las niñas son demasiado sensibles para ese tipo de actividad.” “Las niñas no son tan buenas en matemáticas o ciencias como los niños.” “No puedes ser líder, las niñas son demasiado emocionales.””Deberías ser más callada y obediente, las niñas deben comportarse como señoritas, y perviven al interior de las casas y de las instituciones.

Los juguetes, juegos y colores todavía están diseñados en base a estereotipos de género y se sigue viendo que a las niñas se les ofrecen muñecas, carritos de bebés, cocinas, maquillajes y menos juegos de investigación o de conducción y liderazgo. No falta más que pararse frente a la vidriera de una jugueteria comercial y ver los bebotes, junto a las barbies, todo teñido de color de rosa y con mucho brillo. Y por otro lado superhéroes, camiones y armas, sobre fondos azulinos, para los varones.

También en las primeras búsquedas de Google en juegos para niñas online aparecen en aplastante mayoría fucsia juegos relacionados con el amor de pareja, el casamiento, maquillaje y compras: Chica a lunares: boda en ruinas, Reina del hielo: maquillaje de belleza, Princesa de hielo: Casa de muñecas, Cocina realista: pizzas, Princesa: tiempos difíciles.

La pagina dice así: ¡Para una aventura romántica, elige un chico lindo y enamórate! ¡Juega como mujeres de todas las edades, incluidas modelos maduras y niños pequeños! Crea atuendos para celebridades, diseña vestidos para muñecas o aplica un lindo maquillaje. Cumpla sus sueños de compras más salvajes sin gastar un centavo”.

En las niñas las secuelas emocionales de la discriminación por género puede provocar baja autoestima y dudas sobre sus propias habilidades, ansiedad y depresión por cumplir con los estándares de feminidad establecidos por los estereotipos de género. Es común que las niñas al internalizar estas creencias limitan sus aspiraciones profesionales y educativas.

Los estereotipos de género pueden desarrollar percepciones distorsionadas sobre lo que significa ser una mujer o sobre las expectativas de cómo deben comportarse y verse, lo que puede afectar negativamente su autoconcepto también en relación a la apariencia física y el ideal de belleza aumentando el riesgo de que desarrollen trastornos de la alimentación en un intento de cumplir con estos estándares poco realistas.

Según UNICEF casi 1 de cada 4 niñas entre los 15 y los 19 años carece de empleo y no se está educando y capacitando, en comparación con 1 de cada 10 niños.

La desigualdad de género puede limitar el acceso de las niñas a recursos y oportunidades, como la educación, el cuidado de la salud y el desarrollo personal. Esto puede crear sentimientos de injusticia y frustración, contribuyendo al estrés y la ansiedad.

La desigualdad de género tiene un impacto profundo en la salud mental de los niños y niñas durante su desarrollo. Las expectativas sociales sobre cómo deben comportarse los niños y las niñas pueden crear presión para conformarse a roles de género estereotipados, provocando desazón, incomodidad, dolor y tristeza, especialmente cuando los deseos no se ajustan a estos roles, causando ansiedad o depresión.