Singapur ejecutó este jueves a un hombre que había sido condenado por tener en su poder con fines de tráfico más de 54 gramos de diamorfina o heroína, «cantidad suficiente para alimentar la adicción de 640 toxicómanos durante una semana», señala en un comunicado la Oficina Central de Estupefacientes del país asiático (CNB, por sus siglas en inglés).
El caso de Mohamed Shalleh Bin Abdul Latiff, singapurense de 39 años, es el quinto ahorcamiento de este año y el tercero en poco más de una semana por tráfico de drogas realizado en el país, incluyendo la primera ejecución de una mujer en casi 20 años, detalla The Guardian.
Cabe recordar que en Singapur la pena de muerte rige para cualquier persona condenada por tráfico de más de 500 gramos de marihuana o 15 gramos de heroína.
