Este viernes, fuentes del Gobierno de Ariel Henry filtraron que Haití planea pedir ayuda militar internacional para hacer frente a las pandillas.
En plena crisis de abastecimiento y un nuevo brote de cólera, una alianza de pandillas tomó el control de la principal terminal de combustibles de Puerto Príncipe, complicando aún más la asistencia médica y el reparto de productos básicos.
Las pandillas ilegales de Haití están poniendo al Gobierno contra las cuerdas. Por eso, este viernes el Ejecutivo de Ariel Henry anunció que planea pedir ayuda militar a la comunidad internacional, según ha publicado en exclusiva el periódico ‘Miami Herald‘.
«Anoche, en el Consejo de Ministros, se decidió solicitar ayuda militar a la comunidad internacional para hacer frente a esta crisis humanitaria tan grave», escribió un portavoz del primer ministro Ariel Henry a través de un mensaje de texto.
Y es que la situación en el país más pobre de América está empeorando por momentos. Sumido en una fuerte crisis de abastecimiento de combustible que lo ha paralizado todo -desde el personal en los hospitales hasta la distribución de alimentos básicos-, Haití también tiene que hacer frente al “gobierno paralelo” de las pandillas. El mes pasado, una alianza de grupos ilegales tomó el control de la principal terminal de combustible de la capital, Verrux, que ha complicado la distribución de agua potable en medio de un brote de cólera.
Aún no se ha especificado a qué países u organizaciones se pedirá apoyo militar, pero fuentes gubernamentales aseguraron que la petición se lanzará este mismo viernes, ya que es imprescindible que el Ejecutivo vuelva a tener acceso al combustible.
Todo en medio de una oleada de protestas, descontento social, falta de confianza en el gobierno, crisis económica e inseguridad que el mismo Ariel Henry definió como una “crisis humanitaria” el 5 de octubre.
“Pido a la comunidad internacional y a todos los amigos de Haití que nos apoyen, que nos ayuden a luchar contra esta crisis humanitaria (…) Necesito que nos den apoyo para evitar que la gente muera en masa”, apuntó Henry durante una intervención televisada.
Poco después de la reunión de ministros, en la que se acordó pedir ayuda militar, empezaron a circular rumores sobre la posible dimisión de Henry, algo que llevó a que a cientos de haitianos salieran a celebrar a las calles en la noche del jueves, pero que su oficina ha negado categóricamente.
«Se trata pura y simplemente de estrategias de fabricación, de intoxicación, orquestadas por individuos malintencionados, con el objetivo de sembrar más problemas y confusión», dijo la oficina del primer ministro en redes sociales.
Con el país paralizado desde hace más de un mes, muchos manifestantes se han negado a ceder a no ser que Henry presente su dimisión, al que califican de “incapaz” y señalan de estar supuestamente vinculado con el magnicidio de Jovenel Moïse en julio de 2021.
La vuelta de la ayuda militar internacional en Haití, un tema polémico
La misión de Naciones Unidas salió de Haití en 2017, después de haber estado 11 polémicos años en el país. Y es que los conocidos como “cascos azules” de Naciones Unidas estuvieron señalados por agresiones y abusos sexuales y por provocar una epidemia de cólera que acabó con la vida de casi 10.000 personas en la nación caribeña.
«Niñas de 11 años fueron abusadas sexualmente y embarazadas por los cascos azules, para dejarlas después en la miseria, donde tuvieron que criar solas a sus hijos”, asegura un informe publicado en International Peacekeeping.
Los niños nacidos de estos abusos se conocen como ‘bébés casques bleus’ -bebés cascos azules-. Abusos por los que muchos haitianos se oponen a la vuelta de fuerzas militares extranjeras.
«No creo que Haití necesite otra intervención (…) Hemos pasado por tantas, y no se ha solucionado nada… Si no lo hacemos como haitianos, dentro de diez años volveremos a estar en la misma situación», dijo Mathias Pierre, ex ministro del Gobierno de Haití, a la agencia de noticias Associated Press.
Pierre también argumentó que una intervención extranjera socavaría la soberanía del país y pondría en peligro a los ciudadanos, ya que las pandillas -lejos de estar fuertemente equipadas- muchas veces utilizan a la misma población civil como escudos humanos.
Desde Lima, Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), mantuvo una reunión el jueves con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken; la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, y el ministro de Asuntos Exteriores de Haití, Jean Victor Généus, para hablar del empeoramiento de la situación del país.
Tras esa reunión, Almagro secundó en redes sociales que el país pidiera ayuda extranjera, algo que sugiere que hablaron sobre la posibilidad de la petición de asistencia militar extranjera.
“Junto a los ministros Mélanie Joly, Jean Victor Généus y Antony Blinken en una reunión sobre Haití en la Asamblea de la OEA, dije que Haití debe buscar asistencia urgente de la comunidad internacional para ayudar a resolver las crisis de seguridad, determinar las características de la fuerza de seguridad internacional”, publicó Almagro a última hora del jueves en Twitter.
Mientras, Naciones Unidas ha expresado su preocupación por el país caribeño. El jueves, el organismo internacional pidió crear un «corredor humanitario» para permitir la distribución de combustible y de productos básicos a la población, con especial hincapié en el control del nuevo brote de cólera que ya ha dejado al menos ocho muertos.
«Sin combustible, no hay agua limpia, sin agua limpia, habrá más casos y será muy difícil contener este brote», apuntó Ulrika Richardson, coordinadora residente y humanitaria de Naciones Unidas en Haití, a los periodistas el jueves desde Puerto Príncipe.
Con la pobreza asolando el país y la inseguridad en aumento, la ONU también recordó un patrón que se repite en todas las crisis humanitarias: «las personas más vulnerables serán las primeras en sufrir las consecuencias».
France24, con AP, Reuters y medios locales
