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    Petición de Euclides a Leonel y Danilo

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    La revolución independentista, bautizada como «Guerra Restauradora», comenzó formalmente el 16 de agosto de 1863. Es la página más notable de la historia dominicana, como también la más ignorada por la casi totalidad de los dominicanos, apuntó el profesor Juan Bosch en su libro «Guerra de la Restauración». Se queja que se desconoce el esfuerzo colectivo gigantesco, heroico y las hazañas militares que libraron los hombres y mujeres que participaron en ella.

    Aunque poco conocida, el historiador Roberto Cassá está convencido que fue la verdadera independencia de la República Dominicana y explicó que la ruptura con Haití en 1844, fecha en que se conmemora la independencia del país, fue un hecho sencillo, casi espontáneo para las élites dirigentes que esperaron a que se produjeran las circunstancias que hicieron factible ese hecho y se hizo muy tranquila.

    Cassá aclara que no es lo mismo luchar contra Haití que enfrentar a España, que llegó a tener 40 mil tropas bien equipadas y un ejército respetado por las demás potencias mundiales. El director del Archivo General de la Nación, añadió que los dominicanos lograron vencer a España porque se unió todo el pueblo. La moraleja o enseñanza es que la unión hace la fuerza: Cuando el pueblo dominicano se une es invencible.

    Bosch dice que por la unificación de las grandes masas del pueblo, el Grito de Capotillo (es un cerro en Dajabón donde se enarboló la Bandera Nacional) fue el 16 de agosto, pero en una operación relámpago de los revolucionarios ya para el 22 de ese mes caían en manos de los restauradores: Guayubín, Monte Cristi, Sabaneta (hoy Santiago Rodríguez); para el 24 las fuerzas españolas declaraban el estado de sitio a todo el país; el 26 caían Puerto Plata, La Vega, San Francisco de Macorís, Cotuí; el 30 cayó Moca y ese mismo día el general Gaspar Polanco llevaba 1,000 hombres a Santiago, para la batalla en la que logró acorralar a las tropas españolas en la fortaleza San Luis.

    El 6 de septiembre le daban fuego a Santiago, hecho único en la historia de las guerras de independencia latinoamericanas; para el 14 de septiembre el general Gregorio Luperón salía para Moca y el día 15 el general José Durán se dirigía desde La Vega hacía San Juan de la Maguana por Jarabacoa y Constanza y para finales de mes había llevado la revolución a todo el Sur del país.

    En su libro «Historia del Pueblo Dominicano» el historiador Franklin Franco sostiene que en esta guerra se dio un proceso inverso a las demás contiendas armadas: Eran las masas las que con su fervor patriótico arrastraban a la lucha a la clase dirigencial. En menos de un año y medio República Dominicana estaba ganando cómodamente la guerra, obligando a España a negociar su salida del país. Franco indica que los españoles concluyeron su retirada el 11 de julio de 1865 y agrega que la aventura de convertir nuestro país en una provincia española le costó 21, 000 bajas, entre muertos y heridos.

    Santana en el Panteón Nacional

    Al conmemorarse este 16 de agosto 151 años de la Guerra Restauradora, el historiador y dirigente del Partido de la Liberación Dominicana, Euclides Gutiérrez Félix, reprochó a los gobiernos de su partido por no sacar los restos de Pedro Santana del Panteón Nacional. «Yo no sé porque los gobiernos de mis compañeros, los de Leonel y el de Danilo, no han ordenado sacar a Santana del Panteón Nacional. Las víctimas y el victimario no pueden estar juntos».

    Santana fue un victimario, sobre todo contra la soberanía nacional. El único lugar que le corresponde es el de apostata, el de traidor…», dijo Euclides.

    Gutiérrez Félix se opuso a que los restos del líder militar de la Revolución de Abril, coronel Rafael Fernández Domínguez, fuesen llevados al Panteón Nacional para que no se junten con los de Santana. «Estamos dejando constancia pública de que no estaremos de acuerdo nunca con que los restos de los verdaderos próceres de la República vayan al lugar donde descansan los restos de Pedro Santana, traidor y vendedor de la soberanía nacional con el triste e imborrable episodio de la Anexión a España en 1861», añadió.