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    ¡La Atalaya del peledeísmo!

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    Antes de desarrollar el aspecto conceptual del presente artículo, permítanme destacar el significado de «Atalaya», ya que el contexto de mi opinión se inscribe en el resultado de su descripción.

    Atalaya, según el diccionario, «es una torre construida en un lugar alto para vigilar gran extensión de terreno o de mar y poder avisar con tiempo de un peligro o amenaza».

    Visto dicho significado, comparto las razones por la que lo adhiero al apelativo que identifica la corriente política de quien milita en el Partido de la liberación Dominicana (PLD), el «peledeísmo».

    Es importante que planteemos, que una cosa es el peledeísmo y otra es el Boschismo, por eso es sano, para la estructura de lo que escribo, que diferenciemos el uno del otro.

    El Peledeísmo: surge cuando al final del mes de noviembre del 1973, el Prof. Juan Bosch se hizo acompañar de un grupo de dirigentes del PRD para anunciar su renuncia irrevocable del Partido Revolucionario Dominicano, y de paso anunció la formación del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Una vez informada la nación de dicha decisión, empezaron los preparativos para oficializar de forma pública el acto en donde se presentarían a sus miembros y luego la elección del primer Comité Central y los demás dirigentes.

    Euclides Gutiérrez Félix, en su libro «Orígenes histórico y Fundación del PLD», destaca que «el acto de fundación y la elección del primer Comité Central se realizó en los salones de Fiesta de Luxe, el 15 de diciembre del 1973», en donde el Prof. Juan Bosch anunció, en lo que describen como «inolvidable intervención», que al nuevo partido (PLD) le correspondía terminar la obra iniciada por Juan Pablo Duarte y sus compañeros fundadores de la República Dominicana.

    Como podemos ver, a partir de entonces los experredeístas se convirtieron en peledeístas; pero aún no se había conformado el peledeísmo, ya que aún prevalecía la influencia del empirismo político que hizo que surgieran contradicciones entre Bosch y los principales dirigentes del PRD en el país.

    El Prof. Juan Bosch decía: «No nos proponemos levantar un partido de santos, pero tampoco de diablos; a lo que aspiramos es a que el PLD sea un partido de dominicanos serios, de dominicanos capaces de hacer sacrificios por su país, entre ellos el pequeño pero fecundo sacrificio de estudiar para conocer cuáles son las causas de nuestros males y cómo deben ser combatidas y el grande pero hermoso sacrificio de luchar por las ideas aprendidas mediante ese estudio. Queremos en el PLD dominicanos que ofrezcan, no que pidan, que a la hora de la verdad den un paso al frente para combatir, no para beneficiarse… Reclamaremos dedicación al estudio para poder desarrollar la conciencia política» (discurso de la fundación del PLD, 15 de diciembre del 1973).

    El Prof. Bosch no comulgaba que el que ejerciera el activismo político desconociera los fundamentos de la política como ciencia y como herramienta del bien social. Es por eso que en el nuevo partido (PLD) se crearon los círculos de estudios, en donde los simpatizantes debían prepararse para ser miembros, es decir: para demostrar que ciertamente simpatizaba por el PLD debía entrar a un círculo de estudios; y en el mismo demostrar cualidades y capacidad, para luego pasar a formar parte de un comité de base como miembro.

    En consecuencia, el peledeísmo surge de ese grupo de egresados de los círculos de estudios; quienes se convirtieron en multiplicadores; concibiéndose una generación de nuevos activistas políticos, que marcaron un estilo: el de «teóricos» y exponentes del universo de temas que son de contenidos dentro del ejercicio político.
    El peledeísmo marcó una diferencia entre el empirismo y el idealismo político como herramienta en el debate vernáculo.

    En cuanto al Boschismo, desde mi humilde óptica, surge cuando un grupo de militantes del PLD asumen el pensamiento político, obras y acciones de Juan Bosch como portaestandarte, tanto en sus vidas públicas como privadas.

    El Boschismo implica sacrificio, transparencia, responsabilidad, respeto, dignidad, solidaridad y lealtad a los valores y principios que dieron origen a la creación de un partido comprometido con el desarrollo, la educación y la lucha en contra de la inequidad social.

    En término político, el boschismo se sustenta de lo que dijo el Prof. Bosch:»No puede haber un partido, realmente partido, sin una doctrina, sin ideología y sin organización. Esas tres condiciones son absolutamente indispensables para que haya un verdadero partido».

    Por eso, el peledeísmo admite como manto institucional al boschismo, a partir del VI Congreso Ordinario Prof. Juan Bosch, en año 2001; quedando expresamente acogido y definido en los Estatutos del PLD del año 2002, como «la teoría oficial de partido; sustentado como conjunto de principios, interpretaciones de acontecimientos históricos, métodos y lineamientos organizativos desarrollados y explicados en la obra política del Prof. Bosch y en su excepcional vida de patriota». Esa concepción se admite también en el artículo 6 de los nuevos Estatutos del Partido de la Liberación Dominicana.

    La Atalaya del peledeísmo se construye a partir de los nuevos paradigmas en el ejercicio interno del PLD. Un grupo de jóvenes se han constituidos en vigilantes del ejercicio político de los peledeístas fundadores y de los recién llegados. De los primeros (fundadores): se observa la indisoluble responsabilidad de mantener viva la memoria del Prof. Juan Bosch, aplicando los métodos aprendidos y doctrinando a los nuevos miembros promoviendo la reafirmación de los valores Boschistas al servicio de la población; mientras que de los segundos(los recién llegados): se observa si han decidido entrar al PLD asumiendo sus ideales o si sólo es un activismo coyuntural que se mueve hacia donde soplen los vientos del poder.

    Antes la lucha del peledeísmo era llegar al poder, ahora además de mantenerse en el mismo, es lograr realizar una obra de gobierno que dé al traste con el pensamiento de su líder fundador. También el de mantener la estructura institucional del PLD, basada en orden, organización y disciplina.

    A pesar de que en la cima se presentan nubarrones; que fuertes sismos internos amenazan con sacudir la institucionalidad de dicha organización política; allá, en la torre de vigilancia, observa celosamente una población traumada por los acontecimientos internos de otros partidos. Hay también, un pueblo que identifica con rostros y nombres desde la Atalaya del peledeísmo.

    ¡Hasta la próxima!