El envejecimiento se debe a daños moleculares y celulares acumulados, lo que lleva a una reducción de capacidades y a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un reciente estudio realizado en animales ha relacionado este problema y el deterioro cognitivo con la inflamación en el cerebro.
Una investigación aplicada en ratones, que fue publicada por la revista especializada Nature, analizó el impacto de la vía cGAS-STING, que es parte del sistema inmunológico innato y su activación es crucial para la defensa contra infecciones y en la respuesta a daño del ADN, en procesos asociados con el envejecimiento, particularmente la inflamación y la neurodegeneración.
Además, este estudio encontró que la activación persistente de esa vía resulta en la producción de citoquinas inflamatorias y otros mediadores que favorecen estados inflamatorios crónicos. Este problema continúa en el cerebro, por lo que puede dañar las células neuronales y alterar la comunicación entre ellas, lo que conduce a un deterioro cognitivo.
También descubrió una acumulación del cGAMP, el segundo mensajero en cGAS-STING, en el líquido cefalorraquídeo de los ratones, por lo que se sugiere una activación elevada de esta vía durante el envejecimiento. A la vez, esto estuvo asociada con signos de neurodegeneración y perfiles de expresión génica alterados, similares a los observados en condiciones neurodegenerativas humanas.
Además, los autores observaron que al bloquear la señalización cGAS-STING en modelos animales se reducía la inflamación cerebral, lo que apunta a esta vía como un objetivo terapéutico prometedor para tratar o prevenir la neurodegeneración relacionada con el envejecimiento.
La investigación sugiere que las intervenciones apunten a esa vía cGAS-STING, pues podría ser beneficiosa para moderar la inflamación y proteger contra la degeneración cognitiva en el envejecimiento. La comprensión de estas dinámicas podría llevar al desarrollo de nuevos medicamentos y así, mejoren la calidad de vida de los pacientes mayores.
Este estudio aporta a la literatura científica una perspectiva más clara sobre cómo la activación crónica de vías inmunológicas en el cerebro puede ser un factor contribuyente en el declive cognitivo asociado con la edad y pone en evidencia la necesidad de continuar la investigación en el área para desarrollar estrategias de prevención y tratamiento basadas en estos hallazgos.
De la misma forma, la meta final sería poder mitigar los efectos del envejecimiento sobre el cerebro, preservando la función cognitiva y retrasando o evitando la aparición de enfermedades neurodegenerativas.