El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales dijo en una entrevista al medio británico The Sun: «el significado del beso a Jenni Hermoso habría sido exactamente el mismo que el de un beso a una de mis hijas».
Una explicación que el exmáximo dirigente del fútbol español ya había dado, con las mismas palabras, durante la comparecencia en la sede de la RFEF en la que aseguró, al menos en cinco ocasiones, que no dimitiría y que propició la reacción de condena de la mayoría de estamentos del fútbol y la sociedad española, incluyendo el ámbito político.
En el nuevo extracto de la entrevista concedida al periodista Piers Morgan, en la que ya adelantó que dimitiría de su puesto en la RFEF y en la UEFA, Rubiales aseguró que sus intenciones «eran nobles, entusiastas, cien por cien no sexuales» y que «no hubo daño ni contenido sexual, ni agresión, ni nada por el estilo».
El expresidente de la RFEF apuntó asimismo que el beso sin consentimiento a la jugadora fue un gesto que «entre amigos y familia es muy, muy común», que se produjo «en un momento muy feliz, una celebración, un momento eufórico».
Además continuó defendiendo que el beso en la boca fue «consentido», a pesar de las declaraciones de Hermoso, que la semana pasada formalizó una denuncia por estos hechos ante la Fiscalía de Madrid.
