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Human Rights Watch pide intervención rápida en Haití para frenar la violencia

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Human Rights Watch pide intervención rápida en Haití para frenar la violencia
Human Rights Watch pide intervención rápida en Haití para frenar la violencia

SAN JUAN (AP) — Un grupo defensor de los derechos humanos instó el lunes a la comunidad internacional a intervenir rápidamente para poner fin a la espiral de violencia de las pandillas en Haití, y detalló las brutales violaciones y asesinatos cometidos en la capital de la atribulada nación.

Human Rights Watch hizo su llamado en un momento en que Haití espera una respuesta del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a la solicitud que presentó en octubre para el despliegue inmediato de una fuerza armada internacional con el fin de combatir el aumento de la violencia.

“Mientras más esperemos y no tengamos esta respuesta, veremos más haitianos asesinados, violados y secuestrados, y más personas sufriendo sin suficiente para comer”, lamentó Ida Sawyer, directora de crisis y conflicto del grupo, quien visitó Haití para compilar un informe sobre la violencia.

Estados Unidos informó este mes que presentará una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que autoriza a Kenia para encabezar una fuerza policial multinacional que luche contra las pandillas en Haití. Sin embargo, no se fijó un plazo para tal resolución.

“El mensaje principal que queremos transmitir es que el pueblo haitiano necesita apoyo ahora”, dijo Sawyer. “Escuchamos una y otra vez que la situación es peor ahora en Haití de lo que ha sido en cualquier momento que la gente pueda recordar”.

Las pandillas han rebasado a la policía, y los expertos calculan que ahora controlan el 80% de la capital, Puerto Príncipe. Sólo hay unos 10.000 policías para los más de 11 millones de habitantes del país. Más de 30 agentes fueron asesinados entre enero y junio, y más de 400 instalaciones policiales se encuentran fuera de servicio debido a ataques de grupos criminales, según Human Rights Watch.

Además de la actual ola de violencia, se estima que 5,2 millones de haitianos necesitan asistencia humanitaria, un incremento del 20% con respecto al año pasado.

Sawyer también pidió que se supervise de forma estricta a la policía keniana, en caso de que sea enviada al país.

En tanto, varios miles de manifestantes marcharon el lunes en Puerto Príncipe para protestar por el aumento de la violencia y exigir acciones del gobierno. Posteriormente la policía arrojó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. De momento no hubo informes de personas lesionadas.

Cassandre Petit, una madre de 35 años y dueña de una pequeña tienda de comestibles, era una de las personas que planeaba participar en la protesta.

“No sabes cuándo te van a robar o a disparar por las pocas monedas que hayas ganado ese día”, declaró, y acusó al gobierno de realizar promesas vacías para mejorar la vida de la población.

Añadió que rara vez ve a la policía vigilando las calles, y espera que llegue pronto una fuerza policial internacional para “que pueda respirar durante un rato”.

Human Rights Watch también exhortó a Estados Unidos, Canadá, Francia y a otros gobiernos a apoyar la creación de un gobierno de transición, pues Ariel Henry está en el poder desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.

El grupo también recomendó que Washington y París reconozcan su responsabilidad “por sus daños y abusos históricos con repercusiones actuales y trabajen para el desarrollo de un proceso efectivo y genuino de reparaciones encabezado por el pueblo haitiano”.

Haití se convirtió en la primera república de raza negra del mundo en 1804, y Francia le exigió una “deuda de independencia” de 150 millones de francos de oro para compensar la pérdida de esclavos y tierras. La deuda paralizó al país, el cual terminó pagando una deuda reducida de 90 millones de monedas de oro a bancos de Francia y Estados Unidos en 1947.

El reporte de HRW detalla los abusos y actos de violencia que ocurrieron en cuatro comunidades de la zona metropolitana de Puerto Príncipe entre enero y abril de este año, basándose en entrevistas con decenas de víctimas y testigos.

Una mujer de 33 años y madre de cuatro hijos dijo que fue golpeada y violada cuando salió de madrugada a vender productos al mercado en abril pasado. Dijo que su hermana, madre de tres hijos, estaba con ella y fue asesinada porque se resistió a un intento de violación.

“La quemaron frente a mí, y su cuerpo fue colocado en una pila con otros cadáveres”, relató la mujer.

En otro ataque, una mujer de 30 años y madre de tres, dijo que dos hombres le dispararon a su padre en la cabeza y luego le comenzaron a cortar los brazos con un machete. Su hijo de 5 años murió cuando delincuentes le prendieron fuego a su casa.

“Cuando logré entrar a mi casa, estaba envuelto en una manta, totalmente carbonizado”, dijo, según el reporte.

Sawyer dijo que quedó sorprendida por el número de casos de violencia sexual y el hecho de que casi todas las víctimas entrevistadas no habían recibido atención médica o no reportaron sus casos a la policía.

El organismo de ayuda humanitaria Médicos Sin Fronteras dijo que entre enero y mayo de este año brindó asistencia en Haití a más de 1.000 víctimas de violencia sexual, casi el doble a la cifra del mismo periodo del año pasado.

Los secuestros y asesinatos también se han disparado.

Más de 2.000 personas fueron asesinadas en los primeros seis meses del año, un incremento de casi el 125% respecto al mismo periodo del año anterior. Se reportaron más de 1.000 secuestros en el primer semestre, según la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití.

“El gobierno haitiano no ha podido proteger al pueblo de la violencia de los grupos criminales. Para quienes viven en las zonas afectadas, la policía y demás autoridades apenas existen”, declaró Human Rights Watch.

La oficina del primer ministro no respondió a una solicitud de comentarios.

Más de 190.000 haitianos se han visto obligados a abandonar sus hogares desde el año pasado. Algunos de ellos han salido del país, mientras que otros viven en albergues improvisados en condiciones sanitarias deplorables.