Inicio Tecnología Elon Musk quiere una red social sin límites a la libertad de...

Elon Musk quiere una red social sin límites a la libertad de expresión

44
Elon Musk quiere una red social sin límites a la libertad de expresión
Elon Musk quiere una red social sin límites a la libertad de expresión

El magnate Elon Musk amenaza con crear una alternativa para competir con Twitter, aunque otros intentos han acabado moderando contenidos.

Elon Musk, el empresario al frente de Space X y Tesla, ha insinuado que podría lanzar una nueva red social. Todo comenzó con unas encuestas en Twitter el pasado viernes: Musk preguntó si esta plataforma respeta la libertad de expresión y el “no” se llevó más de un 70% de los votos.

“Las consecuencias de esta encuesta serán importantes -advertía Musk-. Por favor, votad con cuidado”. Al día siguiente, el empresario preguntaba qué se puede hacer y si hace falta otra plataforma. Cuando el estudiante (y fan) Pranay Pathole le propuso crear una nueva red social, Musk respondió que se lo estaba planteando en serio.

No conviene fiarse de Musk, conocido por tuitear demasiado: en noviembre del año pasado sometió a votación en Twitter la venta del 10% de sus acciones en Tesla. Pero luego se supo que ya había vendido parte de esas acciones antes de publicar la encuesta.

En cualquier caso, vender acciones es muchísimo más fácil que montar una red social que dé prioridad a la libertad de expresión. Entre otras cosas, porque ni siquiera está claro cómo se hace algo tan básico como eso.

Puede leer: Tesla retira más vehículos a medida que agencia EEUU aumenta el escrutinio

Hay dos extremos claros:

Primero, el que sería más cómodo para muchas plataformas: permitirlo todo. No son medios de comunicación, sino herramientas para que sus usuarios se expresen. Si es legal, se puede hacer. Y si no es legal, que venga un juez y cierre cuentas o borre tuits.

Pero no es tan fácil: la ley puede tardar en actuar ante un plagio o una campaña de calumnias, por ejemplo. Además, estas plataformas tampoco quieren que se las identifique como páginas hostiles para sus usuarios o como centros de difusión de bulos, sobre todo si hablamos de temas sensibles como la pandemia o la guerra de Ucrania. También hay que tener en cuenta que las plataformas no son neutras: si sus algoritmos dan más presencia a unos mensajes que a otros, ¿no deberían tener al menos alguna responsabilidad sobre los contenidos que promocionan?

El otro extremo es el de recordar que las redes sociales son empresas privadas y pueden poner las normas que quieran. Del mismo modo que yo no puedo ir a un restaurante con un camping gas y ponerme a cocinar mi cena, Twitter puede prohibir discursos de odio, Facebook puede etiquetar las noticias engañosas e Instagram puede censurar los pezones femeninos.

Pero, de nuevo, tampoco es tan fácil: teniendo en cuenta que estas empresas funcionan como un oligopolio sin apenas alternativas, en la actualidad tienen un poder sobre nuestra libertad de expresión mucho mayor de lo que, probablemente, nadie imaginaba hace diez años. Además, también se les reclama mayor transparencia y coherencia en la redacción y aplicación de estas normas, que a menudo parecen arbitrarias y cambiantes.  EL PAIS