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Visión de futuro, perseverancia y liderazgo, recetas de Ban para una ONU mejor

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BUENOS AIRES. La visión de futuro, la perseverancia y el liderazgo “compasivo” son las tres recetas planteadas hoy en Buenos Aires por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para conseguir una ONU mejor y más eficaz.

Haciendo un símil culinario, Ban dijo que como “chef” de Naciones Unidas piensa que la organización debe cocinar sus actuaciones mirando al futuro y a los problemas que realmente preocupan a la sociedad, como el desarrollo sostenible.

Esta es, a su juicio, la primera receta para mejorar este organismo internacional, que en 2015 cumplió 70 años y del que forman parte 193 Estados.

También cito la perseverancia en sus trabajos y el ejercicio del que denominó “liderazgo compasivo”, sin prepotencia ni arrogancia sino con sensibilidad ante los principales problemas del mundo.

El secretario general de la ONU inició hoy su segunda jornada de trabajo en Buenos Aires con un encuentro con representantes de seis medios de comunicación, en el que pasó revista a algunos de los principales desafíos que tiene la organización que dirige desde hace casi diez años y que a partir de enero de 2017 será liderada por otra persona.

La perseverancia, su segunda receta para conseguir una ONU más eficaz, dijo que hay que ejercerla en combinación con la congruencia y liderazgo firme que permita actuar con una visión global y no con las perspectivas nacionales que tratan de llevar a la organización cada uno de sus 193 Estados miembros.

Por ello pidió flexibilidad a los Estados para que aúnen voluntades con los distintos planteamientos y no traten de imponer los propios.

La tercera receta del “chef” Ban, el liderazgo “compasivo”, lo expuso como la necesidad de que la ONU y sus dirigentes, en vez de actuar con pasión, lo hagan con compasión para afrontar retos como la lucha contra la marginación, la xenofobia y las crisis sociales desencadenadas por el problema de los más de 65 millones de refugiados, desplazados y migrantes en distintas partes del mundo.

Ban manifestó ser consciente de las numerosas críticas al funcionamiento de la organización que dirige, por no cumplir con las expectativas, pero ante ellas dijo a su favor que nunca, en los 70 años de la ONU, se han visto tantas crisis y problemas juntos en tan poco tiempo como en su mandato.

Como otra acción complementaria para lograr mayor eficacia, apostó por un Consejo de Seguridad más representativo, democrático y transparente, para lo cual dijo que “no cabe duda de que la reforma es necesaria, pero la cuestión es cómo hacerla”.

Sobre el papel de la organización en Latinoamérica reconoció que que la actuación de la ONU en este territorio ha sido mucho menos intensa que en otras partes del mundo porque se considera “un territorio de paz en comparación con otras áreas”.

Valoró especialmente el camino trazado para solucionar el conflicto armado en Colombia y dijo estar convencido de que se está llegando al final del proceso para alcanzar la paz, tras la firma de los acuerdos entre el Gobierno y las FARC.

Destacó, además, las medidas posteriores para poner en marcha el proceso, como la designación del general argentino Javier Pérez Aquino como jefe de los 500 observadores de la ONU en Colombia.

Sobre Venezuela manifestó que la ONU está dispuesta a ayudar para mejorar la situación creada por un problema de fondo que, a su entender, es la inestabilidad política causada por el enfrentamiento entre el Gobierno, los partidos y el pueblo, lo cual ha desembocado en una crisis humanitaria ante la imposibilidad de la población de satisfacer necesidades básicas. Agencias