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    Mantente bronco, que te están velando, esa camarona

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    Por Humberto Salazar

    Lo mejor que pueden hacer los dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana es hacer retumbar en sus cabezas las letras de esa antigua canción, tarareada muchas veces cuando advertíamos que podían producirse situaciones que podían salir de nuestro control: «mantente bronco, que te están velando, esa camarona, te la están armando».

    Desde antes de las elecciones del pasado 15 de mayo, comenzó a desarrollarse en el país, lo que parece ser un plan bien orquestado desde sectores económicos, aliados a poderes extranjeros con sus socios en partidos políticos y las llamadas organizaciones de la sociedad civil, para cuestionar la legitimidad del gobierno que se inicia el próximo martes.

    Solo hay que recordar, que la misma semana en que íbamos a votar, la mayoría de los candidatos de la oposición, que no fueron capaces de unirse en un solo proyecto en contra del actual Presidente Danilo Medina, si se unieron para visitar y desacreditar el proceso dentro de la misma Junta Central Electoral.

    Para esa fecha, ya estaba claro en todas las encuestas, que el PLD ganaría ampliamente las elecciones en todos los niveles, y que la fragmentada oposición iba a quedar bastante lejos de la cantidad de votos necesaria para servir de contrapeso al partido hegemónico del país en lo que va del siglo XXI.

    Es decir, como «Jalisco que nunca pierde y si pierde arrebata», lo que hicieron los partidos políticos que olían desde ese momento su derrota, fue plantearse boicotear el proceso, usar todas las artimañas posibles para quitar legitimidad al triunfo del PLD y aliados, cuestionando a la Junta Central Electoral y echando la culpa a esta y al gobierno de su incapacidad de convencer a un electorado cada vez mas exigente e informado.

    Lo que llegó después que se votó era previsible, gritar fraude hasta cansarse, señalar al uso de los denominados recursos del estado como causa de su derrota, invocar la parcialidad de los árbitros en la JCE, bloquear todo tipo de avenencia para atrincherarse en una posición que ya es costumbre entre los que pierden elecciones en la República Dominicana.

    Esta es la hora en que no recordamos un solo ejemplo, excepto en las elecciones del año 2000, en que un candidato perdedor reconociera su derrota, felicitara a su adversario, y diera paso a un espacio natural de transición hacia un gobierno de un partido diferente, como ocurre en los países civilizados del planeta.

    Después de la derrota electoral, lo que ha ocurrido en el país, antes que plantearse un cese en la confrontación política, ya que no tendremos elecciones hasta el año 2020, es la continuidad del lenguaje radical, la actitud levantisca y la bravuconearía de los que perdieron las elecciones, sin que se les haya dado un solo motivo para esta irracionalidad.

    El centro de toda la atención de la oposición y sus aliados de la sociedad civil y el sector empresarial que ese ha embarcado en este tema, ha sido el reclamo de la sustitución de los miembros de los organismos que deben elegir los senadores de la República en la legislatura que se inicia el próximo 16 de agosto.

    Es decir, el problema ahora es, poner una camisa de fuerza a los senadores que elegimos los ciudadanos y ciudadanas de este país, y poner en manos de elementos no constitucionales en una llamada «mesa de consenso», ubicada en una universidad privada el escoger a los miembros de la JCE y la Cámara de Cuentas.

    Esto sería una delegación de los que ya estén delegados, porque los senadores de la República que nos representan y tienen la obligación constitucional de hacer esa elección, son los delegados de los ciudadanos que votamos y también de los que no votaron por ellos, esa es la regla numero uno de la democracia representativa.

    Entonces no tienen ellos, ni el partido político que representan y mucho menos el presidente de la República, que encabeza un poder del estado diferente al legislativo, la facultad de entregar esa delegación a una ¨mesa de consenso¨ que no pertenece a los organismos institucionales previstos en la Constitución y las leyes.

    Pero en estas labores están los que ya formaron un grupo de presión denominado «Iniciativa Democrática», de composición tan bizarra que solo lo podría unir su deseo de intervenir colocando sus alfiles en la JCE y el TSE, para hacerle la vida imposible al próximo gobierno y así garantizar que no se toquen sus intereses.

    También está el derrotado candidato del PRM, quien al parecer olvidó quien ganó las elecciones y de cuanto fue la diferencia, ya que se atrevió a trazarle pautas al Presidente Medina pidiéndole incluso que hable al país antes del 16 de agosto, porque según el, de esto dependerá la actitud que asuma la oposición frente al nuevo gobierno del PLD.

    La desesperación es muy mala consejera, es mas, hasta acaban de nominar a personas que no han tomado posesión de sus cargos como senadores y diputados, dizque como miembros de un Consejo Nacional de la Magistratura que no será convocado este año, porque recién en el 2017 es cuando se producirán vacantes para las denominadas Altas Cortes de la República Dominicana.

    Como es al gobierno del presidente Danilo Medina y al PLD como partido mayoritario en el congreso y las alcaldías, a los que les corresponde por mandato popular, mantener la nave donde vamos todos como pasajeros en el rumbo correcto por los próximos cuatro años, sería mejor que se mantengan ¨broncos¨ porque al parecer hay algunos que están «armando una camarona» en contra de la estabilidad de la nación.