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    ¿Nosotros homicidas? una pastilla de «ubicatex» Vinicio

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    Por Humberto Salazar                                [email protected]

    En la República Dominicana los temas se ponen de moda y todos se consideran expertos en opinar de situaciones que no han vivido, no conocen y ni siquiera se preocupan por investigar la forma y manera en que ocurren hechos que entran dentro de la normalidad de la escasez de espacio, típico en muchos centros de salud de renombre en el país.

    Cuando leemos en el día de ayer la narración que hace la familia de Claudio Caamaño de cómo ocurrieron los hechos que lamentablemente le costaron la vida, en ningún lugar se habla de que no se le prestaron las atenciones de emergencia y estabilización en todos y cada uno de los lugares a donde fue llevado.

    A ver,  tuvo un accidente en la carretera Sánchez y fue recibido a las 6:23 de la tarde en el Centro Médico Aguasvivas  de la ciudad de Bani, donde fue atendido por un médico ortopeda quien le realizó estudios de lugar y por la fractura múltiple de costilla y signos de perforación cerrada de un pulmón se consultó al cirujano general y este decidió que se refiriera a un centro de mayor nivel de atención.

    Es llevado directo a CEDIMAT, en ningún lugar dice que se llamó a ese centro médico o se preguntó si había disponibilidad de cama para ingresar un paciente en unas condiciones estables pero que por edad y el tipo de accidente necesitaría un tratamiento intensivo.

    A las 8 de la noche llegan a CEDIMAT, este no es un hospital traumatológico, ni sabemos quién tomó la decisión de llevarlo a ese centro, tampoco fue mal atendido, el relato de la paramédico que acompañó al paciente en la ambulancia lo que relata es que no había cama para ingresarlo y si es así, el problema está en que nadie se percató de que ese centro de salud está especializado en problemas cardiovasculares.

    Al lado de CEDIMAT, está el Hospital Plaza de la Salud, que tiene una administración diferente al primero, donde tampoco había cama para recibir un paciente en estado crítico, ni en el Traumatológico Ney Arias, ni en la Clínica Escaño y al final los médicos de CEDIMAT hacen lo correcto, lo envían donde lo pueden recibir que es la Clínica Abreu.

    Hay que hacer notar que en ninguna parte del relato que hacen los familiares se hace mención de dinero, pagos, depósitos ni dada que se le parezca, solo que no había espacio físico para entender a un paciente que llega a un hospital poli-traumatizado sin previo aviso y lamentablemente hay una ley física que dice que dos cuerpos no pueden ocupar al mismo tiempo un mismo espacio.

    Posterior a esto, es llevado, porque se consiguió una cama, a la clínica Abreu donde es ingresado a la emergencia y estando allí, SON LOS FAMILIARES, quienes deciden llevarlo a Centro Médico UCE, porque según ellos ese paciente necesitaba un cirujano torácico.

    Un cuadro como el que se describe, guardando la distancia de que no vimos al paciente, pudo ser tratado por un cirujano general, porque además, los cirujanos toráxicos del país son escasos y a nadie se le puede ocurrir que un médico con esta sub-este sentado en una emergencia esperando que llegue un paciente con un cuadro clínico como éste.

    Al final es ingresado al Centro Médico de la UCE, donde fallece a los dos días de estar ingresado, lo que demuestra, primero, que lo que se hizo para estabilizarlo en Baní fue lo correcto, y segundo que lo más probable es que haya muerto de complicaciones asociadas a su trauma complicado con otros problemas, ya que no muere en la fase aguda del tratamiento.

    Ahora, a todos los políticos en campaña lo único que se les ha ocurrido es acusar a los médicos, a las clínicas, a los hospitales, a todo el sistema de salud, que no es perfecto, pero que actuó correctamente en este caso, de que somos inhumanos, mercuriales, casi unos monstruos que no tenemos sentimientos y eso es inaceptable.

    En mi caso, que fui director de clínica mas de 15 años, soy testigo de que los centros médicos privados dan las primeras atenciones a los pacientes que llegan a sus emergencias in importar la clase social o si tienen o no seguro médico o dinero para pagarles.

    Lo que nadie puede pedir, es que las clínicas privadas carguen con el costo de pacientes que no pueden pagar sus servicios, porque que yo recuerde ninguno de los opinables de ocasión me llevo nunca una donación para pagar la energía eléctrica, el gasoil de la plantea, el costo de los medicamentos, los empleados y todo lo que se le suma a mantener un centro de salud abierto.

    Pero tampoco conozco a ningún profesional a quien se le haga un descuento en un supermercado, en una tienda de calzados o de ropa, en un dealer de vehículos, solo por presentar un carnet que lo acredita como médico, dejemos nos de hipocresía.

    Y el colmo es el proyecto de ley presentado por Vinicio Castillo, hecho al vapor nos imaginamos y sin preveer las consecuencias que traería algo así si por causalidad se atreven a aprobarlo en el Congreso Nacional.

    Declarar a los médicos culpables de homicidio involuntario en los casos que, según el proyecto, se le haya negado atención a alguien en un centro de salud.

    Eso es un disparate tan grande, que lo único que provocaría es que los médicos del país nos engancharíamos a dermatólogos u oftalmólogos, para evitar caer presos porque todos los familiares de pacientes que mueren en una clínica u hospital se irían a un tribunal a acusarnos de homicidas.

    La máxima que nos enseñan en las facultades «primun non nocere» (primero no hacer daño), atribuida a Hipócrates, fue lo que primó en el fallecimiento de Caamaño, en Baní no se sintieron con la capacidad para atender un caso de esa naturaleza y lo derivaron a un ligar de mayor complejidad.

    Eso es lo normal en todas partes del mundo, los servicios de salud están organizados por niveles de atención.

    En CEDIMAT no tenían las condiciones para recibirlo y no podían ubicarlo en un pasillo o una camilla, se le tomaron los signos vitales y se comprobó que estaba estable en lo que se buscaba una solución de espacio en otro centro de salud, ¿qué querían? ¿Que lo acostaran en un pasillo?.

    Además, aunque sea duro decirlo, si porque mueran pacientes en clínicas y hospitales el diputado Vinicio Castillo quiere que nos acusen de homicidas, pues tendrán que ir los abogados a resolver los problemas de salud, porque nadie cuerdo ejercería la medicina en esas condiciones.