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    “Lava-carros”, una expresión que ha cercado a un Gobierno

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    Por Humberto Salazar                             [email protected]

    Nadie pensaba en el 2013 que una investigación sobre lavado de activos, por parte de la Policía Federal de Brasil, llegaría a convertirse en una bola de nieve que amenaza con arrasar al gobierno del Partido de los Trabajadores, a su líder histórico Luis Ignacio «Lula» Da Silva y a gran parte de la clase política de ese país.

    Desde hacia algún tiempo, la PF venía siguiéndole la pista a un cambista de Brasilia llamado Habid Chater, de quien sospechaban por el movimiento de grandes sumas de dinero a través de empresas ficticias.

    En el transcurso de la investigación surgió el nombre de Alberto Youssef, dueño de casas de cambio con negocios en Sao Paulo y Curitiba, quien ya había sido acusado de actividades de este tipo y parecía socio en algunas actividades de Chater en una red de medianos lavadores de dinero.

    El término «lavado» fue acuñado por la mafia de los Estados Unidos en plena Ley Seca, cuando necesitaban un método para engañar al fisco y poder declarar las grandes cantidades de dinero que contabilizaban fruto de sus actividades delictivas.

    La solución que encontró el famoso gangster Lucky Luciano, fue establecer una red de lavanderías con maquinas a las que se les echaban monedas para que funcionaran, como la cantidad de lavados no había forma de ser controlados, por muchos años esta fue la forma en que la mafia legalizaba el dinero «sucio».

    Lo que se denomina Operación «Lava-Carros», denominada así porque como en Estados Unidos se usaban lavanderías, pero esta vez cientos de negocios de lavado expreso de automóviles, esos que automatizan con chorros de agua y jabón la limpieza de los autos,  que como los de ropa, son muy difíciles de  contabilizar.

    En el transcurso de esta investigación, que no tenía nada que ver con Petrobras o político alguno, Youssef compró un vehículo Range Rover de 110 mil dólares  para regalárselo a Paulo Roberto Costa, quien era director de refinación y abastecimiento de la compañía petrolera estatal y este acto, se convierte en el primer eslabón de la investigación sobre los sospechosos de lavado y una empresa del estado.

    ¿Porqué un casa-cambista con historia de ser acusado de lavado de activos le regalaba un vehículo a un director de Petrobras?, la versión oficial es que era un pago por «servicios de consultorías» por parte del funcionario público.

    Lo cierto era que Youssef transfería millones de dólares a través de cuentas bancarias abiertas en China y Hong Kong, las que eran utilizadas para compras fantasmas en empresas chinas inexistentes y a través de este negocio de compra ventas ficticio legalizaba el dinero proveniente de negocios ilícitos y, como declaró después, de una trama de corrupción en Petrobras.

    Al ser detenido por la policía e interrogado sobre este tema, Alberto Youssef se convierte en delator de la fiscalía a cambio de beneficios para aligerar su condena, como el vehículo comprado a Costa no tiene explicación, este también es detenido, y bajo la amenaza de cumplir un mínimo de 50 años de cárcel, también se convierte en testigo privilegiado y se inicia entonces la mención de sobornos para cientos de políticos y empresarios del mas alto nivel.

    El caso fue asignado a un juez desconocido, que iba a su trabajo en bicicleta y daba clases para suplir sus necesidades básicas, Sergio Moro, experto en lavado de activos y delitos financieros, es quien lleva el peso de la investigación y las acusaciones a figuras conocidas de cuatro de los principales partidos de Brasil y las cinco compañías de construcción mas grandes de aquel país.

    Sergio Costa y Alberto Youssef declararon que cuando llegó al poder el Partido de los Trabajadores, se instaló en Petrobras un esquema de desvío de fondos que correspondía al 3% de las obras que realizaban las compañías de construcción mas importantes del país encabezadas por Odebretch y Andrade Gutierrez.

    Que el esquema se basaba en la formación de un cartel de las empresas de construcción, donde se repartían las obras poniendo un sobreprecio, y entregaban los sobornos a los políticos, que usaban esos fondos para su provecho personal y para financiar las campañas del PT y otros partidos aliados al gobierno.

    Y consecuentemente los dos acusados y ya condenados, comenzaron a dar detalles de la trama, lo que llevó a la detención de 24 altos cargos de empresarios y políticos en el año 2014, los que a su vez se han convertido en acusadores y todo esto ha desenvuelto una complicada madeja de corrupción que ya lleva 24 investigaciones derivadas y cientos de personas notables detenidas, incluyendo a los directivos de Odebretch y Andrade Gutierrez.

    Lo cierto es que lo que comenzó como una investigación de seguimiento de cambistas de dólares, se ha convertido en una escalera de acusaciones que llegó hasta las puertas del Planalto, sede de la Presidencia, donde fue acusado y condenado José Dirceu, jefe de gabinete de Lula, ex-Presidente del PT en Sao Paulo y uno de los principales líderes del partido.

    Esta misma semana fue acusado formalmente Eduardo Cunha de recibir 5 millones de dólares por parte de una empresa a la que le fue asignada la construcción de dos barcos para Petrobras.

    Sería largo detallar cada fase de las 24 que, hasta ahora, se han abierto en relación a ¨Lava-Carros¨, la mas notable es la investigación, que llevó a la detención e interrogatorio en el día de ayer del ex-Presidente Lula, quien en la fase denominada Aletheia (en busca de la verdad) busca aclarar las acusaciones que sostiene la fiscalía en el caso de Lula Da Silva.

    Lula se había negado a declarar personalmente y sus abogados trataron infructuosamente de evitar su comparecencia enviando una declaración escrita, es por esta negativa que se dicta orden de conciencia en su contra y mas de 40 de sus relacionados, incluyendo a su hijo mayor.

    Se le acusa de recibir sobornos de parte de dos compañías constructoras originados en la trama de corrupción de Petrobras, en forma de la compra y remodelación de un lujoso apartamento, una finca y entrega de muebles de lujo en Atibaia, así como recibir dinero de las empresas investigadas como pago a donaciones a la Fundación Lula y viajes y conferencias por diversas partes del mundo.

    Se espera que la fase 25 de esta investigación, se dirija directamente en contra de la Presidenta Dilma Roussef, ya que se dice que fue acusó a Lula y a ella misma, por el Senador del PT Delcidio Amaral, ex jefe de la bancada petista en el senado y preso por corrupción, de conocer el sobreprecio a que se compró la refinería de Pasadena en los Estados Unidos.

    El costo de esta refinería fue mil millones de dólares, esta ubicada en el estado de Texas en los Estados Unidos, y había sido adquirida cinco años antes por la empresa suiza Astra, por 42.5 millones de dólares.

    Amaral, según se dice, hizo un trato con la fiscalía que incluye una acusación directa en contra de Dila Roussef, que para la fecha de la compra era la directora general de Petrobras, es decir, pareciera que la presidenta será la protagonista de la fase 25 del mayor escándalo de corrupción que se haya investigado en Brasil.

    Se dice que la suma desviada de Petrobras hacia empresarios y políticos, podría sumar mas de 5 mil millones de dólares.