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    Luz y Fuerza: “viva el monopolio aunque se hunda Las Terrenas”

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     Por Humberto Salazar                                     [email protected]

    El poblado de Las Terrenas posee algunos de los paisajes y playas mas espectaculares en una parte de nuestra isla donde se abrazan kilómetros de aguas cristalinas con el verdor de un paisaje montañoso, que ha sido delicia de los nacionales y extranjeros que han hecho de este lugar su hogar permanente o vacacional.

    Hasta hace pocos años, este lugar era aislado y de difícil acceso, ya que estaba alejado de los grandes centros urbanos del país y para llegar al pequeño pueblo de Las Terrenas había que cruzar una estrecha vía en muy mal estado a través de las montañas que son parte del paisaje de la zona.

    Solo que el gobierno dominicano se antojó de comunicar a toda la península de Samaná con el resto del país, y esto incluyó una vía espectacular exclusiva para lo que era un pequeño pueblo, trayendo consigo inversiones millonarias en infraestructuras públicas y privadas con la visión de desarrollar la industria turística de la región.

    Hasta aquí pareciera que se trata de una historia mas de inversión pública y privada para llevar el bienestar a nuestros nacionales en una de las provincias mas pobres del país, a pesar de contar con un potencial enorme en materia de turismo y todas las actividades conexas con esta actividad económica.

    Solo que hay un problema, los miles de millones de pesos que se han invertido en Las Terrenas han dependido hasta hace muy poco tiempo desde el punto de vista de energía eléctrica, de una compañía llamada Luz y Fuerza, que había sido beneficiada con un contrato de exclusividad, es decir un monopolio, desde que ¨eran dos o tres gatos¨ quienes vivían o se arriesgaban a llegar a este pueblo.

    Esta empresa que servía uno de los llamados ¨sistemas aislados¨, no realizó las inversiones necesarias para abaratar el costo de la energía al mismo tiempo que crecía la demanda y antes que eso endosó a los usuarios el costo de su ineficiencia.

    El costo de la energía eléctrica en Las Terrenas era el mas caro del país, es mas, muchos comercios trabajaban solo pagar el costo de la energía eléctrica que subió hasta los 22 pesos el kilovatio hora mientras en el resto del país los usuarios lo pagaban a un precio que oscilaba entre los 7 y 14 pesos en el mercado regulado.

    Es decir, Luz y Fuerza transfirió el costo de su falta de visión empresarial y baja inversión en la modernización de sus unidades de producción eléctrica, a los munícipes de Las Terrenas, que había dejado de ser un poblado aislado y se había convertido en un polo turístico en franco desarrollo.

    Al final esto provocó una revuelta popular que desembocó en acciones violentas en contra de la compañía eléctrica sucesos que provocaron varios muertos y la necesidad de  intervención del gobierno a través de la Superintendencia de Electricidad que decidió ejercer su función de protección a los consumidores e interconectar el pueblo con la red eléctrica nacional.

    El resultado ha sido la disminución de la tarifa eléctrica de modo apreciable, única forma de mantener un crecimiento sostenido de la inversión local y extranjera, ya que en las condiciones de monopolio que existían resultaba imposible la subsistencia de los hoteles y negocios añadidos que caracterizan el desarrollo turístico.

    Solo que Luz y Fuerza, que ahora no da luz y ha querido aplicar la fuerza, lo que quiere es desacreditar el esfuerzo hecho por el gobierno para realizar la interconexión en tiempo récord y mantiene un boicot al sistema eléctrico del poblado a través de acciones que rayan en lo delincuencial.

    Apagones provocados por daños delictuosos a líneas primarias de transmisión, salida de sub-estaciones cuando fallan los sistemas de seguridad, ausencia de labores de mantenimiento de las líneas de distribución, ninguna inversión en las líneas de transmisión que son responsabilidad de Luz y Fuerza por mantener esta la condición de distribuidora eléctrica de Las Terrenas.

    Y lo mas sospechoso de todo esto es que los daños en las líneas, que provocan la caída del servicio de energía eléctrica, ocurren casi siempre en medio de los fines de semana largos, como el recién pasado, cuando las playas del poblado están repletas de visitantes y los hoteles tienen su tasa de ocupación mas alta.

    No hay dudas de que la compañía Luz y Fuerza sueña con volver a la situación anterior, cuando el esfuerzo de sus habitantes engrosaba los bolsillos de la familia que se consideraba dueña del pueblo en materia energética y los distintos gobiernos se hacían de la vista gorda ante un monopolio prohibido por la constitución dominicana.

    Claro, lo bueno es tener un monopolio, todo para mi y nada para nadie, cuando un organismo estatal como la Superintendencia de Electricidad asume su responsabilidad en un tema tan sensible como este, no es posible que una familia que se cree por encima del bien y la desafíe pretendiendo erigirse en un obstáculo insalvable para la mejoría de vida de miles de dominicanos.