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    Las mentiras de Amnistía Internacional en el caso dominicano

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    Por Humberto Salazar                           [email protected]

    Amnistía Internacional es una organización no gubernamental que trabaja en cerca dude 150 países del mundo y tiene como propósito denunciar y combatir las violaciones a los derechos humanos en múltiples escenarios con la intervención de voluntarios que se sienten estimulados a luchar por la protección de sus semejantes.

    Esta organización denuncia y presiona en los foros internacionales sobre todo cuando se trata de los llamados presos de conciencia, los refugiados por guerras en diversos países, cierre de fronteras, discriminación de diversos órdenes, desapariciones y violación a la libertad de expresión.

    Entonces, no es una organización muy simpática para gobiernos de diversos signos ideológicos, tanto de derecha como de izquierda, porque su función es denunciar lo que a su juicio está afectando a seres humanos desprotegidos o perseguidos por sistemas injustos y muchas veces dictatoriales.

    Hasta aquí podríamos decir que es loable que un grupo de personas, de manera voluntaria y sin recibir paga alguna, se dediquen a promover y luchar por la protección de sus semejantes, es más, podríamos decir que esto es una muestra de amor al prójimo como nos enseñan a los cristianos.

    Sin embargo, en la República Dominicana, Amnistía Internacional ha emitido un informe, lleno de falsedades, calumnias y adjetivos calificativos, que para nada se corresponden con la realidad migratoria de nuestro país y sobretodo se pide lo imposible, que reconozcamos a todos los hijos de extranjeros que nacen en nuestro territorio como nacionales dominicanos.

    Se nos acusa de ¨haber barrido de un plumazo a cuatro generaciones de dominicanos y de haber ¨convertido en apátridas a miles de personas por lo que somos hoy somos una nación llena de fantasmas¨.

    La verdad es que no nos asombran los informes sobre el país que emite periódicamente AI, porque se nutren de la visión sesgada de sus representantes en el país, que al mismo tiempo son los mismos que a través de organismos internacionales y en alianza con la Embajada de los Estados Unidos a través de USAID, son los que mantienen la presión constante sobre este tema sobre República Dominicana.

    Es decir, si los que elaboran los informes son los mismos que nos acusan, algunos de ellos pertenecientes al grupo de traidores a la patria que se han vendido al poder extranjero, entonces es imposible que AI emita alguna vez un informa favorable a nuestro país, no importa que hayamos hecho la tarea, como es el caso de los procedimientos que se establecieron para regularizar a los extranjeros que viven en nuestro país.

    La única salida valida que aceptaría AI en este tema, es que República Dominicana, acepte el derecho de nacionalidad por haber nacido aquí, a cientos de miles de haitianos a los cuales se les ha negado ese derecho por un tema legal, la Constitución lo prohíbe y otro físico, aquí no cabe tanta gente.

    Esa es la realidad, resulta imposible físicamente para nuestro país otorgar la nacionalidad dominicana a todo el que nace en nuestro territorio, porque eso significaría la desaparición de la nación dominicana, que se separó de Haití en 1844.

    Desapareceríamos, porque en una isla de solo 75 mil kilómetros cuadrados, donde los dominicanos ejercemos nuestra soberanía sobre 48 mil de ellos, es imposible proyectar para dentro de 10 años una población de 30 millones de personas, donde los haitianos crucen la frontera sin controles, se les reconozca la nacionalidad de sus hijos por nacer aquí, y evitar que controlen políticamente nuestro territorio.

    Lo mismo sucedería si asumimos a todos y cada uno de los haitianos indocumentados que actualmente residen en República Dominicana, lo que no dice AI, es que la fábrica de apátridas esta en Haití, donde su gobierno ha sido incapaz de identificar su población, un desastre de tanta magnitud que se habla de que solo un 30% de los haitianos posee algún documento que los identifique como personas.

    La defensa del territorio nacional, comienza por la identificación de nuestros ciudadanos y evitar que interpretaciones antojadizas de la Constitución y las leyes o la emisión de documentos a quienes no tienen derecho a ello, provoque la haitianización de nuestro país, y una situación que nos lleve a poner en peligro la existencia de la República Dominicana como Estado independiente.

    Para nada es cierto que se ha borrado la nacionalidad a cientos de miles de personas como acusa AI a nuestro país, lo que sí es cierto es que esas personas nunca fueron dominicanas de acuerdo a nuestra Constitución desde 1929 hasta la fecha, interpretación que ha sido ratificada en diversas sentencias de la Suprema Corte de Justicia y recogida definitivamente por la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional.

    Para evitar que ellos mismos se consideren apátridas y sin documentos, solo tienen que dirigirse a las autoridades de su país, Haití, a pedir que se les otorguen los documentos correspondientes a su nacionalidad, la haitiana, que les corresponde por derecho según su Constitución, que reconoce como haitianos a los hijos de sus ciudadanos no importa donde hayan nacido.

    Es la mejor forma de evitar lo que denuncia AI en cuanto a estas personas, la República Dominicana ha hecho un esfuerzo económico y organizativo para reducir mínimamente la presencia de ilegales en su territorio, nadie nos reconoce nada, y mucho menos organismos como este que se convierten el ley, batuta y constitución a nivel internacional.

    Si no luchamos nosotros para sobrevivir a todas estas mentiras y a las presiones a que estamos siendo sometidos tanto dentro como de fuera del país, simplemente no seremos merecedores de la patria que nos legaron nuestros libertadores.