Inicio Sin categoría La mano dura que ablanda al “brazo” ejecutor de la justicia

    La mano dura que ablanda al “brazo” ejecutor de la justicia

    363

    Desde que tengo uso de razón, he escuchado y he visto que cada vez que hay un cambio de jefatura policial, el nuevo titular convoca una rueda de prensa solo para decir: «actuaré con mano dura contra la delincuencia y el crimen organizado».

    Estas palabras ya se han convertido en un cliché, que es utilizado «estratégicamente» dizque para enviar un mensaje disuasivo a los delincuentes y en consecuencia lograr bajar la percepción de inseguridad ciudadana. ¿Pero tiene realmente el efecto que se busca?, yo creo que no, ¿por qué?, porque sencillamente lo que se produce es un desafío a los delincuentes y al crimen organizado, que genera un ambiente peor al actual, es decir, el pregonar que se actuará con «mano dura» trae consigo, aunque de forma subrepticia, que los conservantes del orden público tendrán que actuar contrario al orden establecido para imponer el orden (paradójicamente).

    Entiéndase, una mano dura que ablanda al brazo ejecutor de la justicia. ¿Alterar el orden para imponer el orden? ¡Así es!, todos sabemos cuál es el método de la «mano dura» en nuestro país, y que al aplicarlo, también sabemos, que meten en el mismo saco a «mansos y cimarrones», o sea que cuando salen los agentes policiales a las calles no diferencian al serio del delincuente, sino que a través de las infaustas redadas (ahora llamadas operativos selectivos), «trancan» a todo el que encuentren de por medio, sin importar fachadas, si estudian, trabajan o no. Y si acaso algún «detenido», que conozca de sus derechos, osa reclamar, ya sabemos lo que le suele ocurrir.

    – Una mano dura que le tumba el pulso al delincuente-. Ante ese escenario solo ganan los delincuentes, ya que la percepción general es que la autoridades tienen que hacer uso de la mano dura como única herramienta que les pone al nivel del crimen organizado (en lo referente a sus métodos violentos) para contrarrestar la delincuencia; dejando entrever que no existe un plan, una acción organizada o coordinada a través de inteligencia, que permita anticipársele en sus acciones, cambiando, lamentablemente, de esa manera, lo preventivo por lo represivo. ¿A quién le conviene un escenario violento? naturalmente que a los delincuentes, pues imponen el imperio del terror; del que se sustentan, del que se alimentan, ya que es la forma con la que logran abortar el orden establecido, imponiendo sus propias reglas.

    Además, si los llamados en poner el orden y en hacer respetar las leyes se ponen a espalda de esas responsabilidades, al asumir que para combatir al delincuente y al crimen organizado tengan que irse a su terreno (el de matar, torturar, etc.) estarían convirtiéndose de «los chicos buenos» a «los chicos malos», es decir, actuarían como delincuentes, transformando así en victimas a los victimarios de la sociedad. Si lo que se quiere es combatir a la delincuencia y al crimen organizado, para disminuirlo a su mínima expresión, creo que se debe elaborar un plan integral; en donde la sociedad en su conjunto se comprometa y que el gobierno, como monitor del mismo, brinde el apoyo necesario para su aplicación.

    De esa manera, los patrocinadores de hechos violentos y constructores del estado de desasosiego en el país, se verán encerrados en un cerco social; en donde justicia, policía, juntas de vecinos, comunicadores, políticos, comerciantes, religiosos, etc., estarían anticipándose para evitar «el próximo golpe» de los antisociales. Sin tener que aplicar el ya desgastado y desacreditado método de la mano dura, que ablanda a la justicia al violarse los procedimientos de ley.

    ¡Hasta la próxima!