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    Una Semana Santa convulsa

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    A consecuencia de los problemas que arrastra el país (su descomposición moral), la Semana Santa no ha tenido nada de santidad. Parece que el diablo (y no Jesús) se soltó generando tanta violencia y confrontaciones políticas…

    El Domingo de Ramos, cuando se inician las tradicionales actividades litúrgicas, aparece en un programa de televisión la principal figura de la Iglesia Católica en el país, cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, defendiendo lo indefendible. Sostiene que la iglesia es víctima de una bien orquestada tenebrosa campaña de descrédito con el tema de los curas violadores de niños.

    Según López Rodríguez, fuera de la Iglesia hay más violadores que dentro de ella. Indica que hay violadores médicos, periodistas, abogados y otros, pero los que quieren destruir la Iglesia sólo se fijan en los sacerdotes.

    El lunes hubo un espiral de violencia. La prensa reportó accidentes de tránsito en diferentes lugares con 15 muertos y decenas de heridos. Al menos tres mujeres fueron asesinadas por sus desalmadas parejas. A una de ellas su esposo le propinó una pedrada en la cabeza. Ese mismo día en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en su sede central en la capital y la extensión de San Francisco de Macorís, unos estudiantes protestan en contra de la sentencia de Bautista. Incendiaron neumáticos, rompieron cristales de vehículos y otros desórdenes. Hubo apresados y heridos, incluyendo un Policía en la capital.

    Para el martes siguen encendidos los debates de que si la reelección va o no va. El cardenal anuncia su férrea oposición a una reforma constitucional a esos fines.

    Igualmente, en Sabana Perdida, un mayor de la Policía, seguridad del alcalde de Santo Domingo Norte, Francisco Fernández, asesinó a balazos a un dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). El dirigente conocido como «El Tío» fue asesinado en un operativo de reparto de raciones para preparar habichuelas con dulce, según el periódico Diario Libre.

    Como pueden ver, esta semana ha sido más diabla que santa, muy agitada. Esperamos que el próximo año para esta fecha nuestra clase política gobernante y en la oposición haya madurado y muchos de los problemas que atribulan el país se solucionen.