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    Trujillo y el gentilicio americano

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    Unos lo hacen por desconocimiento, otros porque empeñaron su intelecto. Es contraproducente que en Haina exista un barrio llamado «Los Americanos», porque por allí entraron las tropas interventoras norteamericanas durante la Guerra de Abril de 1965.

    Ponen el nombre a ese barrio partiendo de la falsa premisa de que el gentilicio de americano les corresponde únicamente a los estadounidenses. ¡No! ¡No… nooooo! Americanos somos todos los que vivimos en el continente americano; Estados Unidos es sólo un país perteneciente al continente. La Constitución norteamericana establece que su nombre es Estados Unidos de América (en inglés: UnitedStates of America).

    Los dominicanos somos americanos, los cubanos son americanos, los haitianos son americanos: las 36 naciones del continente son americanas.

    Sería entonces limitar el gentilicio de europeo a una sola nación de Europa. En nuestro caso, buscando una explicación en el fondo del pantano, creo que es una forma de minimizar nuestro país y entender que somos el patio trasero de Estados Unidos.

    Es más grave de lo que parece, pues la expresión aparece bajo la pluma de intelectuales, como Bernardo Vega, quien utiliza erradamente la palabra «americano» en su libro «Desiderio Arias y Trujillo se escriben».

    Vean esta cita del libro: «Ocho de esos doce senadores eran generales, pero de la montonera conchoprimistacaciquera, no del Ejército creado por los americanos».

    No comprendo cómo es posible que el historiador a comienzo del libro aclare que utilizará entre comilla la palabra «general» cuando se refiera a los generales conchoprimistas, como Desiderio Arias, para diferenciarlos así, dice él, «de los verdaderos generales de la fuerza de ocupación americana».

    No he de preocuparme mucho por esos errores, pues, además de la palabra americano, el libro del prestigioso historiador está plagado de imprecisiones, en muchos párrafos se utiliza inapropiadamente signos de puntuación, faltando, frecuentemente, la coma y el punto y seguido. En otros se emplea erróneamente la preposición «a» en vez de «ha», del verbo haber, y viceversa.

    Observen aquí un error de fecha en la pagina 43: «Según Joaquín Balaguer, en 1926 (Simón) Díaz tuvo un enfrentamiento con Trujillo en la fortaleza Ozama y dirige contra su pecho la pistola, pero el arma se traba misteriosamente y el lance se sarja sin consecuencias fatales para ninguno de los dos adversarios».

    En dos párrafos mas abajo dice lo siguiente: «En el anexo de este libro aparecen dos cartas de Trujillo a (Simón) Díaz que evidencian los buenos amigos que eran, a pesar del incidente de 1928». Nótese que primero aparece que el incidente fue en 1926 y después en 1928.