Varias cosas negativas me «han dado la cuerda» con las aspiraciones presidenciales de Reinaldo Pared Pérez, presidente del Senado y secretario general del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Sentí rabia cuando el periodista Felipe Ciprián explicó en un artículo que el Congreso, «con una frecuencia casi anual, ha aprobado reformas fiscales: impuestos al consumo que limitan la capacidad de compra de la mayoría de los dominicanos».
Narra que cuando «un jornalero aborda un motoconcho en Los Jobitos, Baní, para ir a procurar asistencia médica al hospital Nuestra Señora de Regla, tiene que pagar 150 pesos de pasaje sin saber que de esos, cerca de 70 pesos serán entregados al gobierno cuando el motociclista compre un galón de gasolina regular».
En un artículo titulado «Impuestos para los pobres», Ciprián añade que «lo mismo pasa cuando un infeliz compra una tarjeta de llamada telefónica prepagada de cien pesos. Desde que la introduce en su teléfono celular o de la casa, ya van 30 pesos de impuestos».
Felipe utiliza la expresión, los gobiernos «han hecho aprobar reformas», pues los presidentes no crean impuestos. Esa es una atribución constitucional del Congreso, que debería ser el equilibrio para no perjudicar al pueblo.
