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OEA abordará el fortalecimiento institucional en la Asamblea de RD

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WASHINGTON.- La Organización de Estados Americanos (OEA) abordará el tema del «fortalecimiento institucional para el desarrollo sostenible» en su 46 Asamblea General, que este año acogerá la República Dominicana entre el 13 y el 15 de junio.

Después de la Asamblea atípica de 2015, celebrada en Washington tras la renuncia de Haití y con Luis Almagro recién llegado a la Secretaría General, la OEA se dispone a efectuar una reunión anual sobre temas que trasciendan al propio organismo.

«Es imposible borrar el pasado, pero debemos comprometernos a que no vuelva a suceder», añadió, tras condenar por primera vez esa actuación de la OEA en una visita a República Dominicana el pasado agosto.

«La anterior Asamblea se pareció mucho más a una discusión interna de la organización, sobre reestructuración y presupuesto. Este año República Dominicana lleva la discusión a una nueva dimensión con un tema tan importante como el propuesto», comentó Almagro a Efe.

La República Dominicana se ofreció a acoger la cita de este año en la Asamblea de 2015 y hoy oficializó su propuesta con la firma del acuerdo en la sede de la OEA en la capital estadounidense.

«Asumimos que con una institucionalidad más transparente, eficiente y fortalecida, podemos tener más garantías para que los objetivos de la humanidad 2020-2030 puedan cumplirse», explicó a Efe el ministro de Exteriores dominicano, Andrés Navarro García.

El canciller firmó el acuerdo de la Asamblea con Almagro y después presentó ante el Consejo Permanente las propuestas de su país como anfitrión del encuentro anual más importante del organismo.

En su discurso ante los representantes de los 34 países miembros, Navarro destacó que la Asamblea se celebrará exactamente diez años después de que su país acogiera la trigésimo-sexta reunión anual del organismo.

«Esto demuestra la importancia que nuestro país otorga a este organismo hemisférico», afirmó el canciller, que abogó por «discutir a fondo» el papel de la organización para no duplicar esfuerzos.

«Nosotros proponemos enfocarnos en ejes fundamentales donde la OEA pueda revitalizar sus esfuerzos, como el fin de la pobreza, salud, bienestar, educación de calidad, trabajo decente, crecimiento económico», señaló.

Almagro aprovechó la visita de la delegación dominicana a la OEA para reiterar su condena a la «validación» que la organización hizo en 1965 de la invasión estadounidense en el país caribeño.

«La OEA tiene una larga deuda histórica con República Dominicana y lo hemos dicho. Condenamos esa validación en 1965, uno de los papeles más abyectos que ha tenido una organización multilateral en nuestro continente. Una página muy oscura de nuestra organización», dijo Almagro.

«Es imposible borrar el pasado, pero debemos comprometernos a que no vuelva a suceder», añadió, tras condenar por primera vez esa actuación de la OEA en una visita a República Dominicana el pasado agosto.

Almagro quiso además «reconocer los importantes avances» de la República Dominicana en política migratoria y cómo «su esfuerzo a llevado a la mejora de las condiciones de vida de decenas de miles de personas que viven en su territorio, la mayoría haitianos».

Sin embargo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), órgano autónomo de la OEA, publicó el pasado 9 de febrero un informe muy crítico con el actual Gobierno dominicano y con la «discriminación histórica» que han sufrido en el país durante décadas las personas de ascendencia haitiana.

El documento, resultado de la visita de la CIDH a la República Dominicana entre el 2 y el 6 de diciembre de 2013, denuncia que la situación de apatridia generada por la sentencia 168/13 es «de una magnitud nunca antes vista en América».

Queda por ver si Haití u otro país miembro propone abordar este tema en la Asamblea General, una reunión que las delegaciones de los países prepararán en los próximos meses hasta junio.

La expectativa es que el encuentro de este año aborde cuestiones que afectan al continente, después de que la Asamblea de 2015 quedara consagrada al «Presente y el futuro de la OEA», es decir, la profunda reforma reclamada desde hace años desde dentro y fuera de una organización cuya relevancia ha quedado mermada frente al ascenso de otras alianzas regionales. Agencias