“Yo creo que cada reforma que hemos hecho ha sido una reforma pensada”
Santo Domingo. – Las incitaciones de las reformas constitucionales en la República Dominicana constituyen una serie de situaciones y argumentos.
Desde la primera Carta Magna, firmada en San Cristóbal en 6 de noviembre de 1844, las cuatro últimas reformas de 1994, 2002, 2010 y 2015, se ratificaron en contextos muy diferentes, pero con un mismo objetivo que era la reelección presidencial.
La primera, en 1994, que fue durante una crisis generada por los resultados de las elecciones que dieron como favorito a Joaquín Balaguer; la segunda por el afán de Hipólito Mejía, de continuar en el poder, cuando la Constitución se lo impedía, y la tercera, cuando Leonel Fernández que agotaba su segundo mandato, buscaba la posibilidad de seguir siendo candidato. Y en el 2015 se sumó Danilo Medina como presidente.
Las dos reformas (1994 y 2010), han tenido en común que han estado precedidas de momentos de auge de la participación ciudadana, de un movimiento y una potencia social en ascenso.
Ante este tema, han surgido diferentes opiniones entre los expertos en derecho constitucional. Es el caso del jurista Eduardo Jorge Prats, quien considera que no es necesaria una reforma, debido a que no hay necesidad de blindar la Constitución y porque está prohibida la reelección.
“Personalmente entendemos que no es necesaria una reforma, primero porque no hay necesidad de blindar la Constitución, segundo está prohibida la reelección, sin embargo, esa es una decisión política que adopta el cuerpo soberano”.
Jorge Prats indicó que toda reforma constitucional desde el punto de vista político siempre necesita el triple consenso: político, social y técnico.
Expuso que desde el punto de vista técnico hay diferentes opiniones acerca de la necesidad de la reforma; desde el punto de vista político podría primar esa súper mayoría que hemos señalado; y desde el punto de vista social, habría que ver lo que los sectores interesados de la sociedad piensan sobre este proceso.
Indicó que hay presidentes que se empecinan con una reforma como es el caso del mandatario de México, López Obrador, que quiere hacer una reforma incluso antes de que llegue su sucesor al poder.
Apuntó que el jefe de Estado del país, Luis Abinader ha sido coherente porque desde el inicio de su primer mandato ha insistido en que quiere hacer una reforma para blindar la Constitución, evitar que se viva modificando y para evitar que sea siempre por el tema de la reelección.
Prats entiende que de hacerse una reforma se debería realizar una “acupuntura constitucional” que no cree una tensión en el cuerpo político electoral, como lo ha planteado el Presidente.
“Es una reforma muy puntual con dos aspectos fundamentales que es Ministerio Público y lo otro es el blindaje, reelección y demás”.
Recomienda al gobierno aprovechar toda la popularidad evidenciada en el proceso electoral y la legitimidad que tiene para hacer esta reforma de un modo puntual, para que el legado del presidente Luis Abinader deje su impronta en la Constitución dominicana.
