Justo cuando su público se gozaba- y se sufría- el hecho de que fuera su «último’ concierto, Daddy Yankee, incendió el Coliseo de Puerto Rico anunciando que de ese momento en adelante se dedicará a llevar la palabra de Dios a través de todas las herramientas que tenga a su alcance.
Tras más de casi tres horas de show, en el que participaron genialmente Rauw Alejando, Luis Fonsi, DJ PLayero, Zuleyka Rivera, entre otros, el coliseo se vistió de sobriedad, dando pie a una confesión delirante para sus fanáticos.
«Por mucho tiempo yo intenté llenar un vacío en mi vida que nada podía llenar. Trataba de rellenar y de buscar un sentido en mi vida. En ocasiones aparentaba ser bien feliz, pero faltaba algo para hacerme completo», dijo ante un público respetuoso y solidario.
«Les tengo que confesar que alguien pudo llenar ese vacío que sentía por mucho tiempo. Me pude dar cuenta que para todos era alguien pero yo no era nada sin El. Pude recorrer el mundo. Durante años pude ganar muchos premios, aplausos y elogios, pero me di cuenta de algo que dice la Biblia: de qué le vale al hombre ganar al mundo entero si pierde su valor», expresó citando el evangelio de San Mateo 16:26.
«Por eso esta noche reconozco y no me avergüenzo en decirle al mundo entero que Jesús vive en mí y que yo viviré para El. La Biblia dice que todo aquel que lo reconozca en público aquí en la tierra, también lo reconocerá delante de mi Padre», siguió.
«Se acabó la historia y va a comenzar una nueva historia. Un nuevo comienzo. Todas las herramientas que tenga en mi poder, la música, las redes sociales, las plataformas, un micrófono, todo lo que Jesús me entregó, es ahora para el reino», agregó.
La sorpresa en los rostros, los aplausos, y hasta lágrimas se apoderaron del templo de la música, el arte y el entretenimiento en Puerto Rico.
«Muchas gracias Puerto Rico y espero que ustedes caminen conmigo también este nuevo comienzo. No sigan a ningún hombre. Yo soy un humano. A todos lo que me siguieron, sigan a Jesucristo, que es el camino, la verdad y la vida», dijo.
Finalizó afirmando que «Cristo Viene. Así me permita desde Puerto Rico evangelizar el mundo. Amén».
Su fanaticada le aplaudió hasta que se apagaron las luces, solo para encontrar a su salida del coliseo, un espectáculo de drones y luces a color que confirmaron que el exponente de la música urbana que dio a conocer a Puerto Rico en tanto lugar recóndito del globo, tiene una nueva misión.
«La meta» se llamaba el concierto. Su meta hoy, aseguró, es Cristo.
