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La movilidad social y su importancia en los sistemas políticos

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La movilidad social y su importancia en los sistemas políticos

Por: Lizamavel Collado

La movilidad social es un fenómeno que esta intrínsicamente relacionado con los sistemas políticos de los países. Ya sea esta absoluta o relativa, su estudio inicia en la mitad del siglo XX con los planteamientos del sociólogo Pitiri Sorokin, quien lo proyecto como una visión propia de las sociedades altamente móviles y en las que las que la meritocracia es importante.

La movilidad parte de que el origen no determina el destino de las personas, sino que observando las decisiones políticas y gubernamentales se influye significativamente en las oportunidades de cambio social de la población, convirtiéndola en un indicador fundamental para el estudio de la sociedad.

Este concepto alude, además, a la capacidad de las familias y las personas para cambiar de posición en la jerarquía o escalera socioeconómica a lo largo de su vida.

La determinación de la movilidad social está estrechamente vinculada a las políticas públicas diseñadas e implementadas por los Estados, determinadas por tres importantes rubros: educación, causas familiares y causas motivacionales. Es un punto de partida importante para la gobernabilidad, porque contribuye en la disminución de la brecha de desigualdad.

Los gobiernos que priorizan las inversiones en educación y promueven la igualdad de oportunidades, abren las puertas a personas de diferentes orígenes socioeconómicos, estimulando que los individuos alcancen su máximo potencial y bienestar.

Otro factor para considerar es el cambio en las condiciones estructurales, que debe ser acompañado con la creación e implementación de impuestos progresivos, programas de bienestar social y mejores accesos a los servicios de salud. Cuando los ciudadanos no sienten el peso de la deuda pública, las limitaciones en el sistema educativo o la falta de atención médica, tienen una mayor capacidad para ascender en la escala social.

Aunque no existe una receta mágica para las economías en constante crecimiento, pero con lenta movilidad social, esta debe ser un objetivo político vital, pues es un indicador clave en la salud de la sociedad y un componente fundamental para la democracia.

Los países en donde la movilidad social es baja tienen mayores posibilidades de que exista desconfianza y descontento con las instituciones democráticas:  los ciudadanos pueden sentir que el sistema esta en su contra lo que les vuelve apáticos hacia la actividad política o partidaria.

Los desafíos que enfrenta Latinoamérica

No todas las personas tienen las mismas oportunidades de ascenso social, pues algunos países llevan ventaja sobre otros en la creación de oportunidades de éxito para sus pobladores. Factores como la corrupción, inestabilidad política, desigualdad, pobreza, delincuencia e inseguridad, acceso limitado a la educación, cultura política, control de los medios de comunicación y los desafíos electorales hacen que sea más lenta la movilidad social.

La falta de acceso a los servicios básicos limita la integración de los ciudadanos en entornos de la región donde existe una pobreza muy marcada y la desigualdad económica es un desafío. Lo mismo ocurre en los países en donde la corrupción es un problema persistente, pues este flagelo se lleva los muchos recursos financieros que permitirían implementar políticas públicas y de redistribución de la riqueza.

La movilidad social es un proceso en constante adaptación y desarrollo, pues las condiciones sociales, laborales, medioambientales y tecnológicas cambian en forma permanente y estan vinculadas a la estructura económica de las naciones.

Por ejemplo, la movilidad social se aceleró cuando las sociedades latinoamericanas comenzaron a aplicar la política de sustitución de importaciones para fomentar su desarrollo industrial.  El trabajo técnico en la industria crea más oportunidades de movilidad social, que el trabajo en el sector agropecuario.  Lo mismo puede decirse cuando los paises se convienten en economías con un alto porcentaje del sector servicio.

El cuadro siguiente, del Indice Global de Movilidad Social, que prepara el Foro Económido Mundial, y que mide la movilidad social en 82 paises del mundo, incluye en puestos aceptables a cinco países de Latinoamérica, algunos de los cuales están dentro de las 10 principales economías de la región.

Aunque la igualdad de oportunidades no garantiza resultados sociales y económicos similares para las personas, en la medida en que los Estados implementen políticas públicas orientadas a la promoción social de los ciudadanos, potenciando sus capacidades de emprender, inventar o invertir, la movilidad social de las familias y sus integrantes tiene mayores posibilidades de tocar sus puertas.

Claro que, estamos hablando de sistemas democráticos, donde la movilidad social está asociada al trabajo, el esfuerzo, la capacidad y el talento, y no a regímenes donde el ascenso económico o el cambio de status lo determinan un dictador o un partido único.