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EEUU ordena deportar coreano adoptado hace casi 40 años

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SALEM, Oregon, EE.UU. Un hombre que fue adoptado en Corea del Sur y llevado a Estados Unidos cuando tenía 3 años de edad, hace casi cuatro décadas, se encuentra detenido en espera de ser deportado debido a “la gravedad de sus antecedentes penales”, de acuerdo con autoridades migratorias estadounidenses.

La semana pasada se ordenó la deportación de Adam Crapser a un país que le es completamente ajeno. Nadie buscó la ciudadanía estadounidense para él mientras crecía en el país, ni después de que su familia adoptiva lo dejó dando tumbos en el sistema de cuidado infantil y con padres abusivos. No tener ciudadanía lo dejó elegible para la deportación, en especial porque tiene antecedentes penales.

El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) prioriza la aplicación de la ley a las “personas que representan una amenaza para la seguridad nacional, la seguridad pública y la seguridad fronteriza”, dijo en un comunicado Rose M. Richeson, portavoz del ICE en Seattle.

La funcionaria citó antecedentes penales de Crapser que incluyen condenas por agresión y poseer un arma siendo delincuente. El lunes, el abogado de inmigración de Crapser dijo que la acusación de robo contra su cliente, que data de 1994 —cargo por el que se le señaló como delincuente armado— fue por irrumpir en la casa de sus segundos padres, quienes lo maltrataban, y fue para recuperar dos cosas que él se trajo desde el orfanato en Corea del Sur.

Crapser padece un trastorno no atendido de estrés postraumático “debido al abuso que sufrió cuando era niño”, dijo el abogado Lori Walls.

“El señor Crapser ya pagó por sus delitos”, dijo Walls en un correo electrónico enviado a The Associated Press. “El señor Crapser era elegible y merecía otra oportunidad”.

La decisión de un juez federal de inmigración la semana pasada de no aplazar su deportación fue un gran golpe para quienes lo apoyan.

Crapser decidió no apelar porque las condiciones del centro de detención de inmigrantes en Tacoma, Washington, donde está desde febrero, son muy malas, dicen quienes lo conocen.

Su caso se parece al de miles. El Consorcio de Educación y Servicio Nacional Coreano Estadounidense calcula que 35.000 adoptados coreanos no tienen la ciudadanía estadounidense, y está respaldando legislación en el Congreso que solucione ese tema. Agencias