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    Bill Clinton: el Obamacare es la cosa más loca del mundo

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    Por Humberto Salazar

    En un acto de campaña a favor de su esposa, la candidata demócrata Hillary Clinton, el pasado presidente de los Estados Unidos Bill Clinton, calificó al programa social estrella de la actual administración, el Obamacare, como «la cosa mas loca del mundo».

    Clinton planteaba algunas consideraciones sobre el sistema de salud más costoso e ineficiente de cualquier país desarrollado, el de los Estados Unidos, cuando dijo lo siguiente: «tienes esta locura de sistema donde de repente aparecen 25 millones de personas mas con seguro de salud» (ese fue el resultado del Obamacare).

    Y siguió diciendo: «y tienes ahí afuera a un montón de gente que está reventada, pagando primas que son el doble y su cobertura cortada por la mitad, es la cosa mas loca del mundo».

    Hablar así a poco mas de 30 días de las elecciones, cuando Hillary necesita un apoyo militante de la Casa Blanca para derrotar al candidato Republicano Donald Trump, pareciera una «metida de pata» brutal por parte de una persona tan veterana como Bill Clinton en un escenario de campaña electoral.

    Lo que ocurre es que probablemente nada esto es una casualidad, ya que lo que dijo el expresidente es una verdad como un templo, el denominado Obamacare esta condenado el fracaso en los Estados Unidos, por las mismas razones que los seguros de salud tienen serios problemas de financiamiento en otros países, incluyendo la República Dominicana.

    Y es que el problema central siempre es el mismo, la salud es vista como un derecho de todos los seres humanos, lo cual aceptamos totalmente, pero este derecho tiene un costo financiero que aumenta exponencialmente.

    Esto sucede entre otras razones, por el envejecimiento de la población, el avance de la ingeniería aplicada a la medicina, el desarrollo de procedimientos complejos, la síntesis de medicamentos cada vez mas costosos y en no pensar que se deben crear agentes de contención de costos que sirvan para hacer sostenible financieramente al sistema.

    Porque al final de eso es que se trata, de que un sistema de salud pueda proveer a una población asegurada de forma universal, es decir, al cien por ciento de los ciudadanos desde el nacimiento, acceso a centros con calidad financiados de una forma solidaria por todos.

    Bajo este concepto se creo el Obamacare, el Presidente Barack Obama se puso como meta, integrar a los servicios de salud en los Estados Unidos, a mas de 50 millones de norteamericanos que, increíblemente, estaban excluidos del sistema en el país mas desarrollado y rico del mundo.

    Solo que «de buenas intenciones esta empedrado el camino del infierno», dice el refrán, al integrar a toda esta población de forma obligatoria, el Obamacare manda a todas las empresas de mas de 50 empleados a contratar un seguro, el impacto en el costo para las empresas aseguradoras privadas ha sido brutal.

    Al ampliar la cobertura en un sistema de salud que depende exclusivamente de redes hospitalarias privadas y ser provisto el seguro medico por compañías privadas, en solo tres años de funcionamiento ya se inicia el éxodo de las grandes aseguradoras (Aetna, Blue Cross, UnitedHealthCare, etc) del sistema tan pronto como el próximo año.

    Tan pronto como el próximo año, estas compañías, y otras más, se van a retirar del Obamacare, por lo que cientos de miles de familias estadounidenses tendrán que buscar nuevas alternativas para garantizarse un seguro sanitario, que en los casos de comunidades aisladas podría ni siquiera existir la alternativa.

    El problema fundamental, igual que en todos los países donde hay un sistema de provisión se servicios médicos disperso y con poca o nula regulación, es que el costo de las personas enfermas que acceden a los seguros los hace insostenibles desde el punto de vista financiero.

    Y en el caso de los Estados Unidos, donde existe un financiamiento público privado para el pago de esos 25 millones de nuevos asegurados, el retiro de las grandes compañías de seguros del sistema, provocará un aumento de las primas, ya que de la competencia entre ellas depende el costo.

    La única salida que podría tener el Obamacare en el mediano plazo, es promover una reforma profunda del sistema sanitario de los Estados Unidos, algo muy difícil en un país donde la atención en salud se corresponde con aproximadamente el 18 por ciento de su PIB, es decir, es su principal industria, con los consabidos subsidios, privilegios e ingresos a grupos muy bien organizados.

    Como esto no se va a realizar, esta ¨cosa mas loca del mundo¨, como la calificó Bill Clinton, será cargada al 100 por ciento al gobierno, que al final no podrá cargar con el costo y tendrá que ser desmantelada de alguna manera al salir del gobierno su principal defensor que es el actual Presidente Obama.

    En salud no hay atajos, sino no se realiza una reforma diseñada para contener los costos, o paga el gobierno, o paga el usuario, o pagan los dos, o los servicios son de mala calidad y excluyentes, violando uno de los derechos humanos fundamentales: el derecho a la salud.