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    ¿Apatridia? no señor, lo que hay aquí son haitianos indocumentados

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     Por Humberto Salazar                           [email protected]

    Un informe publicado ayer por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), planteaba que en la República Dominicana viven 133.770 apátridas identificados, cifra que se refiere únicamente a los extranjeros que viven en el país cuyos padres eran ambos de otra nacionalidad diferente a la dominicana.

    Según esta agencia, nuestro país es uno de los lugares del mundo donde existe mayor número de apátridas, cifra que en este momento no pueden calcular, porque, según ellos,  no tienen datos de los nacidos en nuestro territorio donde uno de sus progenitores era dominicano, así como un numero de los descendientes de segunda y generaciones sucesivas de esos extranjeros de primera generación.

    Si nos llevamos del cálculo de la ACNUR, es probable que cuando se acaben de contar los que ellos llaman apatridas, no quede espacio en esta isla para los que nacimos dominicanos y tenemos derecho por línea de sangre a la ciudadanía dominicana, y se nos muestre el camino para salir de nuestra tierra.

    Lo que pasa es que la definición de apátrida que da la agencia de la ONU es clara en cuanto al caso dominicano, cuando configura la apatridia como ¨la situación de una persona que no tiene nacionalidad de ningún país¨ y agrega que ¨limita el ejercicio por parte de las personas afectadas, de los derechos humanos, sociales y políticos fundamentales, tales como el acceso a la educación, atención sanitaria y libertad de movimiento¨.

    Según la definición de la ACNUR, no puede existir en nuestro país un solo caso de apatridía, porque todos los que vivimos aquí, dominicanos y extranjeros, poseemos una nacionalidad reconocida por este u otro país; estamos los nacidos aquí de padres dominicanos o extranjeros en situación legal al momento de nuestro nacimiento que somos dominicanos por derecho.

    También existen los extranjeros migrantes que realizaron su trámite para residir legalmente aquí, estos son residentes documentados, así como los que viven en el país en forma ilegal, que son migrantes indocumentados, no busquen mas que no existe otro grupo de personas que viven en nuestro territorio sin nacionalidad.

    Los migrantes e hijos de migrantes ilegales, poseen la misma nacionalidad de sus progenitores, es decir, italianos, españoles, argentinos, colombianos y por supuesto haitianos, que son la inmensa mayoría por la cercanía y vecindad fronteriza.

    No puede ser apátrida el que es reconocido como ciudadano de otro país, porque rompe con lo que llama la ACNUR apatridia, que no es más que «una persona que no posee ninguna nacionalidad», en el caso que a ellos les interesa que son los haitianos, estos tienen la nacionalidad de sus padres por línea de sangre, tal como está estipulado en la constitución de ese país, por lo que in ningún caso son apátridas.

    Si su reclamo son sus documentos haitianos, solo tienen que dirigirse a la embajada o consulado de su país, que es Haití, donde deben reclamar la identificación que los acredita como ciudadanos de ese país, y una vez inscritos ya son parte de la gran familia haitiana, donde siempre han pertenecido.

    Lo que no pueden reclamar, es la ciudadanía dominicana, porque la Constitución nuestra es clara en el sentido de quienes nacen o se naturalizan dominicanos, y en este caso ellos no califican, ya que son hijos de migrantes ilegales que nacieron en nuestro territorio, y nosotros, como ocurre con la mayoría de los países alrededor del mundo, no reconocemos como dominicanos a los hijos de extranjeros ilegales nacidos en nuestro territorio.

    Para resolver los casos conflictivos, donde se habían dado documentos irregulares o hubiera argumentos para proceder a la naturalización, la República Dominicana promulgó una ley donde se facilitó por un tiempo determinado a todos los extranjeros o hijos de extranjeros la nacionalidad, a los que calificaban, o la regularización de su estatus en el país, pero esto no puede estar abierto de manera indefinida porque pone en peligro la integridad de nuestro territorio y la soberanía de nuestro país.

    Cerrados todos estos temas, entonces la ACNUR lo que debería hacer es irse con su música a otra parte, porque no existen apátridas en la República Dominicana, antes bien lo que existen son haitianos indocumentados, los que ni siquiera son perseguidos en forma coercitiva por las autoridades migratorias dominicanas.

    Ahora, de lo que si estamos seguros es que con papeles o no, con documentos o no, en nuestro país se protegen los derechos humanos de los haitianos que viven aquí y los que están en su territorio, si esto significa provisión de servicios de salud, educación y libre tránsito.

    En nuestro país no le negamos servicios de salud a nadie, proveemos de educación básica a todo el que se presente a una escuela y ni hablar de libre tránsito, que además es criticado porque nuestra frontera con Haití es demasiado libre y porosa.

    Cada vez que hablen estos abusadores de la ACNUR, debemos responderles, no existe en nuestro país un solo apátrida, ahora el que no quiera ir a buscar sus papeles de identificación a las oficinas de la representación de su país en nuestro territorio, es su problema, tampoco le vamos a poner una pistola en el pecho para que lo haga.