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    Se acabó la confrontación, es hora de trabajar por el país

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    Por Humberto Salazar                            [email protected]

    Las tareas que le esperan al gobierno de Danilo Medina y el Partido de la Liberación Dominicana a partir de hoy, son tan exigentes, que no se puede esperar al 16 de agosto para dar continuidad a lo que se está haciendo y enfrentar los nuevos retos que le esperan al país en una fase tan complicada como la que atraviesa la humanidad.

    Lo cierto es que Danilo recibió un apoyo absoluto de la ciudadanía, nadie en la historia de la democracia había obtenido en unas elecciones competitivas más del 60% de los votos, así como tampoco ningún partido había llegado al 50% más un voto por si solo, a partir de la reforma constitucional de 1994, cuando se estableció el sistema de dos vueltas electorales.

    Ahora, como dijo el diplomático argentino Adrián Valera, con motivo del desenlace del conflicto denominado la Guerra de la Triple Alianza en el gobierno de Domingo Faustino Sarmiento, ¨la victoria no da derechos¨.

    Antes bien, una victoria de forma tan holgada como la que obtuvo el PLD, que contará con mayoría absoluta en el Senado de la República y una cantidad sin precedentes de legisladores en la Cámara de Diputados, más bien lo que producirá antes que derechos sean grandes obligaciones.

    Muchos de los proyectos de reforma institucional implementados por el PLD gobierno desde el año 2004 hasta la fecha están a media ejecución, hay que terminar con los acuerdos del pacto eléctrico, discutir un tema tan conflictivo y espinoso como una reforma profunda del sistema tributario que sea más equitativo y justo para las clases medias.

    Falta por resolver un plan de largo plazo para mejorar la calidad de la educación dominicana, seguir invirtiendo en el campo para revertir la tasa demográfica negativa que está dejando sin mano de obra dominicana a ese sector productivo.

    La calidad y cantidad de los empleos, aumento de los ingresos de los empleados y trabajadores para aumentar su poder de adquirir bienes y servicios, seguir atendiendo las necesidades de los mas pobres con inversión localizada para acercarlos a las capas medias de la sociedad.

    Debemos trabajar en forma inteligente y creativa de modo que la frontera e convierta en una zona productiva, antes que el problema que es ahora, donde impera la informalidad en el comercio y la migración incontrolada.

    Es necesario profundizar las reformas en el sector sanitario, de modo que aumenten que en los próximos cuatro años lleguemos a la meta de universalizar los servicios de salud, reformar el financiamiento del sector público de modo que los grandes capitales captados por la seguridad social lleguen a los hospitales del estado.

    Debemos organizar el trabajo de los servidores públicos en el sector salud, de modo que devolvamos la dignidad a los médicos, enfermeras, bioanalistas, técnicos y personal administrativo de un área que ha sido tratada con parches durante años.

    La meta de aumentar en cuatro años 400,000 nuevos empleos, además de los logrados en este periodo que estamos terminando, sería una revolución laboral en la República Dominicana, que ubicaría por primera vez la tasa de desempleo en menos de un dígito.

    Este relato es solo para hacer un resumen muy corto de las enormes tareas que nos esperan como país, porque desde que los resultados fueron publicados la noche del 15 de Mayo, se terminó el momento de la confrontación y se debe dar inicio a un espacio de discusión abierta con todos los sectores políticos y económicos de la nación.

    El llamado del Presidente Danilo Medina, realizado en el día de ayer, en lo que fue antes que una celebración fastuosa, un llamado a la reunificación de la familia dominicana, que ayer se enfrentaba por colores y banderías políticas, y hoy debe volver a la realidad de que los problemas son de todos y las soluciones debemos buscarlas entre todos.

    Se terminó el proceso electoral, el acto de toma de posesión del próximo 16 de agosto será una formalidad para cumplir con un mandato constitucional, no hay tiempo que esperar, ojalá que en su mensaje del día de mañana Luis Abinader, quien se ganó con los votos del pueblo el derecho de ser el vocero de la oposición, acepte con la misma humildad con que asumió la victoria Danilo, su papel de contrapeso en la democracia que es lo que todos esperamos fortalecer.