Por Humberto Salazar [email protected]
El sábado 17 de noviembre de 1973, se realizaba una reunión del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Dominicano, en su local nacional, que estaba situado en la avenida Independencia esquina calle Cervantes del sector de Gascue en la capital dominicana, cuando uno de sus miembros se expresó en forma que Juan Bosch consideró era desconsiderada e indisciplinada.
Según testigos presentes en la reunión, Bosch, en forma molesta, por la indisciplina con que se realizaba la reunión, se levantó de su asiento y dijo a sus compañeros que se retiraba y que no volvía mas, bajó las escaleras y ese fue su último día como presidente de la organización que había fundado, a sugerencia de Enrique Cotubanamá Henríquez en 1939 en la Habana Cuba.
Cuando se hizo pública la renuncia de Bosch el día 18, este justificó su salida del PRD con una sentencia lapidaria: «el PRD ya cumplió su misión histórica», que sería como decir que el ya no buscaba nada dentro de esa organización.
¿Qué quiso decir Bosch con esta frase?
Pensamos que aunque aún no había confesado públicamente su adhesión al método marxista para el análisis de la historia, lo que se planteaba Bosch en noviembre de 1973 era que se estaba aplicando la llamada «ley de la negación de la negación» con el PRD.
Según este concepto filosófico enunciado por Hegel y desarrollado por Marx y Engels, todos los procesos se producen en sucesión, donde lo nuevo niega lo que lo precede y a su vez en algún momento se convertirá en viejo, que a su vez será negado y sustituido.
Es decir, de acuerdo a esta ley, no existe nada que sea absoluto, nada sagrado, nada que pueda calificarse de definitivo, y como esto es una verdad, llega un momento en que es inevitable la negación de lo que deja de ser válido, y su sustitución por otra cosa que se constituye en la negación de lo anterior, que a su vez en algún momento será a su vez sustituida en un proceso infinito de progreso hacia un desarrollo superior.
El PLD que conceptualiza Juan Bosch, es la negación y superación del antiguo PRD, al cual sustituirá como el instrumento de liberación y justicia social que necesitan los dominicanos para construir una democracia funcional, un partido al cual llamó en un libro de su autoría: «un partido único en América».
Bosch en realidad no quería ser político, y lo explica en 1937 de la forma siguiente: «Yo no estoy dispuesto a que la política desvíe mis propósitos o ahogue mis convicciones y principios. A menos que uno desee encarar una situación violenta para sí y los suyos, hay que ser político en la República Dominicana».
«Es inconcebible que uno quiera mantenerse alejado de esa especie de locura colectiva que embarga el alma de mi pueblo y lo oscurece: el negro, el blanco, el bruto, el inteligente, el feo, el buenmozo, todos se lanzan al logro de posiciones y ventajas por el camino político».
¿Cómo es posible que no se comprenda que la política no es arte al alcance de todo el mundo?.
«La marcha de la sociedad la rigen los políticos, ellos deben ser seis, siete; así es en todos los países y así ha sido siempre; nosotros involucramos los principios universales y exigimos que las mujeres, los niños, y hasta las bestias actúen en política. Yo, que repudiaba y repudio tal proceder, vivía perennemente expuesto a ser carne de chisme, de ambiciones y de intrigas. Yo no concibo la política al servicio del estomago sino al de un alto ideal de la humanidad».
El motivo de la construcción del PRD para Bosch entonces, no tenía el propósito de su bienestar personal, el objetivo central fue la lucha contra la dictadura de Trujillo y la búsqueda de la democracia liberal en la República Dominicana, que dejara atrás la represión y falta de libertades que caracterizaba la situación política del país durante varias décadas.
Es a partir de la liquidación de la cabeza de la dictadura, con el ajusticiamiento del dictador, y la obtención del poder por la vía electoral el 20 de diciembre de 1962, cuando Bosch encuentra la oportunidad de poner en práctica la tendencia continental a la consolidación de la democracia y la evolución de los gobiernos a regímenes de corte liberal, que sustituyera el autoritarismo que abundaba en los países del sur nuestro continente.
Y es el golpe de estado en contra de su gobierno, por conspiraciones de grupos oligárquicos internos que vieron afectados sus intereses y privilegios, y fuerzas externas empujadas por la agudización de los conflictos derivados de la guerra fría, los que provocaron la transformación ideológica del pensamiento de Bosch y dieron origen a su idea de construir un partido diferente al PRD.
¿Porqué Bosch dice en 1973 que el PRD que el fundó en 1939 había cumplido su papel histórico?, pues de esa afirmación se deriva que a su juicio, la meta de enterrar los restos de la dictadura de Trujillo se había logrado, y su antiguo partido, el PRD, no había evolucionado hacia la búsqueda de nuevos retos acordes con la realidad nacional, y antes que eso, la lucha política se centraba en enfrentamientos personales, formación de grupos de presión interna, uso de los cargos partidarios para el ascenso social y la aparición de eso que llamó ¨la política al servicio del estomago».
Entonces, esa es la explicación de porque se plantea crear un partido de características únicas en América Latina, su testimonio sobre este tema está escrito en el libro «El PLD un partido nuevo en América», donde describe lo que debería ser el PLD y admite que el PRD fue «el vientre donde se formó ese partido», mas asegura ¨que nunca será igual que su partido madre».
Es decir, para Juan Bosch el PLD es la negación del PRD, aplicando el concepto marxista que ya describimos, el PLD es la negación dialéctica del PRD y a la vez su superación, por lo que volver a las prácticas políticas del PRD de 1973, es, según esta línea de pensamiento, una involución del PLD y muy probablemente su destrucción como partido político.
¿Porqué su destrucción como proyecto político?, pues porque la historia siempre se escribe hacia delante, así como no es posible que una persona adulta se ponga pequeña y vuelva al vientre de su madre, tampoco hay posibilidad de que un partido formado con el propósito, según su fundador, de completar la obra que inició Juan Pablo Duarte de construir una Nación soberana, libre e independiente, se convierta en una escalera de ascenso para satisfacer ambiciones personales y sobreviva, esto es simplemente una contradicción histórica.
Es enorme la responsabilidad que pesa sobre los hombros de los que hoy en día han asumido el liderazgo del PLD, que involucionó de una dirección colectiva, a estar sujeta a la decisión de las dos figuras fundamentales de esa organización, el Presidente del partido Leonel Fernández y el Presidente de la República Danilo Medina.
Lo advertimos antes y ratificamos hoy que se cumplen 42 años del renunciamiento de Juan Bosch del PRD, era el PLD, el partido que estaba destinado a encabezar la transición hacia un nuevo sistema político partidario en el país, ya que era el único con la capacidad orgánica de entender la realidad política y social que atraviesa el país en esta etapa de su vida institucional.
Pero además, creíamos nosotros que de su seno saldrían los nuevos liderazgos que permitirían la suave transición hacia el bipartidismo multipartidario que iba a permitir el surgimiento de una nueva generación de políticos formados mas en el dialogo y el entendimiento que en la confrontación política donde se formaron los herederos de Bosch, Balaguer y Peña Gómez.
Lo que vemos hoy es un peligro inminente, que en algún momento, cansado ya de tantos chismes, acusaciones infundadas y traiciones no disimuladas, pase con Leonel lo que ocurrió con Juan Bosch, cuando Antonio Abreu y una comisión del Comité Ejecutivo Nacional lo fue a convencer para que volviera al PRD el mismo día que abandonó intempestivamente la reunión que describimos: «Regresen ustedes a su partido porque yo no vuelvo mas».
Y así fue, no volvió nunca más al PRD, ahora es el PRD el que volvió a un cuestionado PLD, ¿será que también el PLD cumplió ya su papel histórico?.
