Dos familias del estado de Kentucky, EE.UU., acusan a Instagram (red social que pertenece a la compañía Meta, prohibida en Rusia al ser calificada como organización extremista) de provocar en sus hijas trastornos alimentarios e intentos de suicidio, informó este miércoles la cadena ABC News.
La primera demanda fue presentada por Jennifer y Benjamin Martin, quienes alegan que su hija Alexandra fue víctima de «una ‘tormenta perfecta’ de adicción, comparación social y exposición a contenidos increíblemente dañinos» proporcionados por Instagram.
Según la denuncia, Alexandra, que ahora tiene 19 años, empezó a usar la red social a los 12. Al poco, y a través de esa plataforma, vio contenidos relacionados con trastornos alimentarios, tras lo cual comenzó a mostrar síntomas de ansiedad y depresión.
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El padre de Alexandra reveló que en 2016 se dieron cuenta él y su esposa de la extrema pérdida de peso de su hija y «juntaron las piezas del rompecabezas», al entender que eso estaba «directamente relacionado con las redes sociales, concretamente con Instagram». Posteriormente, la adolescente fue diagnosticada con anorexia y hospitalizada, pero el tratamiento no dio resultados significativos. En 2019, la chica intentó suicidarse dos veces.
La segunda demanda fue presentada por la familia de una adolescente identificada como CN, cuya madre, Candace Wuest, afirma que su hija tenía 12 años cuando se hizo adicta a la red social y acabó intentando suicidarse, por lo que acusa a Meta de negligencia, fraude y ocultación fraudulenta, además de enriquecimiento injusto.
Se sostiene en el libelo que Wuest y su hija utilizaron la plataforma con el fin de buscar recetas para cocinar juntas, pero poco después la adolescente descubrió «recetas peligrosas», es decir, «elaboradas para conseguir una ingesta calórica negativa».
Ambas familias insisten en que la compañía debe ser considerada responsable por «causar y contribuir a la creciente crisis de salud mental de los niños y adolescentes de EE.UU.» y solicitan una indemnización monetaria.
Entre tanto, un portavoz de la compañía se negó a comentar las demandas, calificándolas de «litigios activos».
