La mayoría de las mujeres experimentan con cierta frecuencia los síntomas del síndrome premenstrual, como irritabilidad, cansancio, dolor de cabeza y episodios de tristeza, entre otros.
Pero cuando estas señales tanto físicas como emocionales se agudizan al extremo, podemos comenzar a hablar de trastorno disfórico premenstrual (TDPM).
En un artículo de la Clínica Corachan de Barcelona lo definen como la “exacerbación patológica de los cambios somáticos y psíquicos que ocurren durante la fase luteínica en el ciclo femenino normal, ocasionando dificultades o problemas de relación familiar, laboral y social debido a incapacidad física y psíquica”.
Por tanto, este síndrome afecta a la calidad de vida de quien lo sufre, limitando su desenvolvimiento en el día a día y su interacción con otras personas.
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Causas
- Alteraciones hormonales
- Teoría inflamatoria
- El sobrepeso.
- Tener una vida sedentaria.
- Abuso de alcohol o drogas.
- Trastorno de tiroides.
- Herencia de los padres.
Tratamientos y medidas preventivas
El diagnóstico de este síndrome no es sencillo. Es necesario que tanto médico, psicólogo y paciente trabajen de forma conjunta para descartar otro tipo de patologías.
Los expertos de la Clínica Corachan estiman que entre el 5 y el 8 % de la población femenina tiene este padecimiento, que afecta a la calidad de vida, las relaciones con los demás, el desempeño laboral y la salud mental.
Los tratamientos más usados buscan mitigar o prevenir los síntomas:
- Suplementos nutricionales
- Antidepresivos
- Remedios naturales
- Método hormonal
- Cambios en el estilo de vida