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Cuando la educación vivió en peligro

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Cuando la educación vivió en peligro

Por: Claudia Fernández Lerebours

Santo Domingo. – Empiezan a verse pequeños frutos del proceso de transformación de la preparación de los maestros iniciado por República Dominicana en 2015 y que desde entonces ha significado una inversión de casi RD$22 mil millones para los contribuyentes.

Graduados de educación bajo ese nuevo modelo, conocido como “programa maestros de excelencia”,  fueron de los pocos aprobados (pasaron 19,000 de 79,000 que lo tomaron) en el reciente concurso de plazas magisteriales del Ministerio de Educación (Minerd) con altas calificaciones.

La mayoría egresados del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (Isfodosu), su superior desempeño connota que el nuevo modelo de ingreso a la carrera educativa impulsado por el Estado en cumplimiento del Pacto por la Reforma Educativa (2014) ha sido una medida acertada.

De hecho, su implantación, mediante una normativa del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) del 9 de diciembre de 2015 conocida como “9-15”, es un punto luminoso incuestionable del anterior gobierno de Danilo Medina (2012-2020), según fuentes conocedoras del sector educativo.

Básicamente es un esquema para fomentar que estudien la carrera docente, jóvenes con los talentos intelectuales y personales adecuados.

Esta formación empezó en concreto entre 2016-2017. Es corto el tiempo de aplicación y al efecto, relativamente bajo aún el número de graduados.

En peligro

Pero en 2021, el todavía incipiente esquema de carrera educativa estuvo en riesgo de conculcación.  

En abril de 2021 el ministro de Educación Superior, Franklin García Fermín se manifestó de acuerdo con universidades que adjuraban del nuevo modelo de ingreso a la carrera educativa.

El Mescyt llamó a las universidades a detener nuevos programas de formación docente bajo la normativa 9-15.

El rechazo a la medida entre distintos sectores no se hizo esperar y tras la presión de la sociedad, en julio de 2021 García Fermín reconsideró la postura.

Aseguró a medios de prensa la continuidad de la normativa 9-15  y dijo que la Universidad Autónoma de Santo Domingo (Uasd), cuya escuela de educación (con matrícula de más de 35 mil estudiantes) no había implementado el nuevo esquema, debería hacerlo.

Entendiendo el nuevo modelo

En República Dominicana se dijo por años que “estudiaba educación quien no daba para otra cosa”.

El Pacto Educativo ordenó: “Implementar, con carácter obligatorio, una prueba de ingreso validada para los programas de formación de docentes, la cual debe medir si los estudiantes poseen los conocimientos, la vocación y las habilidades requeridas para iniciar estudios en el área de magisterio.”

Las instituciones de formación de docentes deben ser responsables de ofrecer a los candidatos programas de nivelación para que puedan superar las barreras naturales en el ingreso a la carrera docente, ordenó también.

Ese mandato fue plasmado en la 9-15, que supone dos pruebas de admisión (Orientación y Medición Académica y de Aptitud Académica del College Board), y determinados procesos de nivelación, para lograr estudiar educación, carrera totalmente subsidiada por el Estado dominicano.

Su aplicación ha sido particularmente emblemática en el Isfodosu, según documenta en un informe disponible en:

http://www.isfodosu.edu.do/phocadownload/INFORME%20NORMATIVA%2009-15%20ISFODOSU.pdf

Transformación docente tomará tiempo

Según datos del Minerd la cantidad de docentes en el sistema educativo preuniversitario era de 97,668 en el periodo de 2020.

En el programa “maestros de excelencia” de 2017 a 2020 han sido graduados 8,140 (5,788 egresados del Isfodosu y el resto, de las escuelas de educación de las universidades).

“Renovar el plantel docente le va a tomar al país un tiempo importante”, resalta Darwin Caraballo, director ejecutivo de Educa, organización no gubernamental auspiciada por empresarios interesados en mejorar la calidad de la educación dominicana.

“Formar maestros de excelencia toma 4-5 años como mínimo”, resaltó.

Actualmente hay 6525 estudiantes bajo la normativa 9-15.

Imparten la carrera educativa 17 universidades:

Isfosdosu, Uasd, Intec, Pucmm, Ucsd, Apec, Utesa, Unicda, Unad, Unev, Ucateci, Unisa, Uce, Ucateba, Uteco, Ucne, Unphu.

¿Resistencia al cambio o baja del negocio?

El alegato básico de algunas universidades contra la normativa 9-15 ha sido que reduce la matriculación de estudiantes en la carrera de educación.

Es decir, privilegiaban cantidad sobre calidad.

Caraballo dijo que durante mucho tiempo en el país algunas casas de estudio priorizaron la sostenibilidad de sus finanzas “o la intencionalidad corporativa de proletarizar al magisterio, por sobre el interés general de la Nación”.

Y una fuente que pidió reservas de su nombre sostuvo que “Algunas universidades del interior medraron formando educadores”.

Como estos estudiantes son becados del Estado, hay un ingreso económico seguro para centros de educación superior que imparten la carrera educativa; mientras más alumnos, mejor.

“Tenemos ahora casos de estudiantes de medicina que primero intentaron ingresar a la carrera de educación pero fallaron en las pruebas de admisión y no pudieron lograrlo”, resaltó la fuente.

“Y eso es precisamente lo que queremos los actores responsables del sistema, entre ellos, las academias de mayor prestigio”, agregó.

¿Terminó el affair?

Si bien el actual ministro del Mescyt reconsideró su atentado contra la normativa 9-15, los temores de boicot no están completamente disipados.

Los sectores aún preocupados tienen las esperanzas en el presidente Luis Abinader, quien este 23 de marzo reafirmó su compromiso con la educación dominicana y su apoyo al Pacto Educativo.

Abinader ya había elevado sus notas cuando ordenó el año pasado que estudiantes que concluyeron la carrera educativa bajo el programa “maestros de excelencia” pero que aún no se habían graduado, participaran en el concurso docente, a lo que el Minerd se oponía.

“Las normas no son redactadas para permanecer invariables en el tiempo, puede ser ajustadas en función de las necesidades de la época pero lo importante es mantener la filosofía de la 9-15: más talento para la educación; asegurar el mérito como vía de acceso a los cupos disponibles para la formación de los docentes y hacerlo de manera profesional”, resalta Caraballo.