WASHINGTON (AP) — La escasez mundial de chips de computadora ha dificultado que los consumidores tengan en sus manos automóviles, computadoras y otras necesidades modernas, por lo que el Congreso busca impulsar la fabricación e investigación de chips en Estados Unidos con miles de millones de dólares de el Gobierno federal.
Tanto la Cámara como el Senado han aprobado legislación importante sobre el tema, y el esfuerzo es una de las últimas oportunidades de los legisladores antes de las elecciones de noviembre para mostrarles a los votantes que están abordando las tensas cadenas de suministro de la nación.
Ahora tienen que resolver diferencias considerables en los dos proyectos de ley. Y los republicanos del Senado ya están trabajando antes de que comiencen formalmente las negociaciones.
El presidente Joe Biden ha hecho de la legislación sobre semiconductores una prioridad máxima, pero necesitará el apoyo de 10 republicanos del Senado, y tal vez más, para que le llegue un proyecto de ley a su escritorio.
El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, enfatizó ese punto cuando los líderes del Congreso anunciaron recientemente qué legisladores formarán parte del comité que trabaja para reconciliar los dos proyectos de ley.
“Sin grandes concesiones y cambios por parte de los demócratas de la Cámara, esta legislación no tiene posibilidades de convertirse en ley”, dijo McConnell.
Los demócratas de la Cámara dicen que sus voces deben ser escuchadas durante las negociaciones.
“Necesitamos asegurarnos de que todos tengan aportes”, dijo la representante Suzan DelBene, demócrata por Washington, presidenta de la Nueva Coalición Democrática, un grupo que tiene 19 miembros que participan en las negociaciones. “Tenemos un proyecto de ley sólido en la Cámara, y creo que hay componentes importantes que el Senado también debería considerar”.
Se proyecta que el proyecto de ley del Senado aumente el gasto en alrededor de $250 mil millones durante 10 años. El proyecto de ley de la Cámara impulsaría el gasto en más de $400 mil millones durante el período.
DONDE HAY MUCHO ACUERDO
Los proyectos de ley del Senado y la Cámara asignan más de $52 mil millones para la producción e investigación de semiconductores. Las subvenciones y los préstamos del gobierno federal subvencionarían parte del costo de construcción o renovación de las plantas de semiconductores.
“La financiación de los chips es absolutamente la base de este proyecto de ley, es una base bipartidista”, dijo Josh Teitelbaum, asesor principal de Akin Gump, una firma de abogados y cabilderos. “Creo que es lo que está conduciendo esto hacia la línea de meta”.
ALGUNAS SUPERPOSICIONES, PERO DIFERENCIAS CLAVE
Ambos proyectos de ley autorizan un gran impulso en el gasto de la Fundación Nacional de Ciencias, pero tienen diferentes prioridades para la investigación que recibe fondos.
El proyecto de ley del Senado proporciona $29 mil millones durante cinco años a una nueva dirección enfocada en fortalecer el liderazgo de EE. UU. en inteligencia artificial, semiconductores, robótica y otras tecnologías de vanguardia.
El proyecto de ley de la Cámara proporciona $13.3 mil millones durante cinco años a una nueva dirección para soluciones de ciencia e ingeniería. Enumera el cambio climático, la sostenibilidad ambiental y la desigualdad social y económica como parte del enfoque de la dirección.
Las dos partes tendrán que elaborar sus visiones en competencia para la Fundación Nacional de Ciencias y la nueva dirección de tecnología.
Los dos proyectos de ley también establecen centros tecnológicos regionales, con el Senado dedicando $10 mil millones al programa y la Cámara dedicando $7 mil millones.
El proyecto de ley del Senado exige 20 centros de este tipo, mientras que el proyecto de ley de la Cámara autoriza al menos 10.
El capital inicial se destinaría a organizaciones regionales que buscan promover una variedad de prioridades económicas y de seguridad nacional.
El enfoque cuenta con el apoyo bipartidista de legisladores con grandes distritos electorales rurales y minoritarios que quieren asegurarse de que el dinero no se concentre en universidades o comunidades donde ya se ha realizado una gran cantidad de investigación tecnológica.
DONDE HAY DIFERENCIAS PRINCIPALES
Los proyectos de ley divergen en temas de cadena de suministro, comercio, inmigración y cambio climático, por nombrar algunas áreas de desacuerdo.
Uno de los artículos más caros es un programa de $45 mil millones en el proyecto de ley de la Cámara para mejorar las cadenas de suministro en los EE. UU. No había tal disposición en el proyecto de ley del Senado.
El dinero proporcionaría subvenciones, préstamos o garantías de préstamos a empresas, gobiernos locales y tribus que intentan construir o reubicar plantas de fabricación que produzcan bienes críticos.
“Esta es un área real de enfoque para las empresas y las comunidades que quieren intentar recuperar la fabricación”, dijo Teitelbaum. “Hay mucho interés en incluir esta financiación en el paquete final”.
Otra marcada diferencia está en el comercio. La Cámara vuelve a autorizar un programa que brinda capacitación y asistencia financiera para aquellos que pierden sus trabajos o se les recortan las horas debido al aumento de las importaciones. El Senado no tiene tal disposición.
“No se va a mover sin la asistencia del ajuste comercial”, dijo el representante Earl Blumenauer, D-Ore., sobre el proyecto de ley.
Mientras tanto, el proyecto de ley del Senado incluye una disposición comercial que excluiría más productos de los aranceles que la administración Trump impuso sobre bienes importados de China.
Esas exclusiones han expirado casi todas. El proyecto de ley del Senado los reincorpora, una prioridad de grupos empresariales como la Cámara de Comercio de EE.UU.
El proyecto de ley de la Cámara aborda la inmigración, mientras que el proyecto de ley del Senado no lo hace. Crearía una nueva categoría de visa para empresarios y permitiría que aquellos con un interés de propiedad en empresas exitosas soliciten convertirse en residentes permanentes legales.
El proyecto de ley de la Cámara, a diferencia del proyecto de ley del Senado, también toca el cambio climático. Dedica $8 mil millones a un fondo que ayuda a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático. Eso podría ser un fracaso para los republicanos, que se oponen a usar el dinero de los contribuyentes estadounidenses para ese propósito.
Nadie espera que las negociaciones sean fáciles.
“Me cuesta explicarles a mis amigos y electores”, dijo el senador John Cornyn, republicano por Texas, “que cuando la Casa Blanca está a favor de algo, cuando los demócratas están a favor de algo, los republicanos están a favor de algo. , la Cámara está a favor y el Senado está a favor, todavía parece que no podemos hacerlo. Pero espero que aprovechemos esta oportunidad”.
