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La carta de José Gregorio Cabrera a Euri Cabral

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La carta de José Gregorio Cabrera a Euri Cabral

El abogado José Gregorio Cabrera respondió al comunicador Euri Cabral, quien envió una carta al expresidente de la República, Leonel Fernández, en la que le dice que debe poner todo de su parte para evitar la «lamentable» división del PLD.

Reproducción integra de la carta de José Gregorio Cabrera:

Estimado señor:

Luego de saludarle, tengo a bien remitirle la presente en ocasión de darle respuesta a la carta abierta que dirigiera al Presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el Dr. Leonel Fernández Reyna, la cual fue publicada el pasado sábado 2 de mayo de los corrientes en el periódico elCaribe.

A pesar de que la misma no estaba dirigida a mi persona, me atrevo a responderle dado el carácter público que usted mismo le otorgó, al difundirla en un diario de circulación nacional.

Primero que nada quiero expresarle que al leer su artículo me embargó un profundo sentimiento de sorpresa y desilusión, se podría decir que «se me cayó un santo». Digo esto porque a pesar de no siempre estar de acuerdo con sus posiciones, nunca le creí capaz de utilizar su pluma para desdecirse a usted mismo y llegar a los niveles de incoherencia que el contenido de su carta revela.

Mi intención no es enmendarle la plana, no obstante, si quiero hacerle algunas observaciones y correcciones a sus declaraciones.

A pesar de concordar con usted en el hecho de que el PLD se encuentra en un momento difícil, difiero en que sea su Presidente, el Dr. Leonel Fernández, quien tenga en sus manos la solución a éste impasse. Y digo esto porque no ha sido el Dr. Fernández, sino más bien el presidente Medina y su equipo, quienes han embarcado al PLD y al país en una aventura reeleccionista que, a mi juicio, constituye un ultraje a nuestra Constitución y un burdo intento de vandalismo en contra de la aún frágil institucionalidad de la nación.

Entiendo además que debe usted tener en cuenta que el proyecto reeleccionista constituye una contradicción intrínseca a los principios fundamentales del PLD, toda vez que pretende utilizar como herramientas el soborno y la extorsión, personificadas en el ofrecimiento a los legisladores de dicho partido de candidaturas reservadas y en la amenaza que de no aceptarlas serían victimas de expulsión. Esto, en mi humilde opinión, más que una virtud Boschista, constituye un ejercicio que resulta peligrosamente parecido a la ya conocida proclama de «Plata o Plomo» enarbolada por el extinto criminal Pablo Escobar Gaviria.

Al igual que usted, en numerosas ocasiones, he planteado que la solución al impasse de la reelección debería ser el resultado de un gran consenso en el seno de dicho partido y, al igual que usted, pienso que es lamentable que este acuerdo aún no se haya producido. No obstante, debe usted reconocer que en toda negociación todas las partes deben ceder terreno, de lo contrario no resulta ser una negociación sino más bien una imposición. En éste caso es el Presidente Medina quien, apoyado en el uso del poder y con el voto de más de 20 de sus funcionarios, ha impuesto un precedente peligroso en el Comité Político del PLD al promover una reforma constitucional con el único objetivo de beneficiarse y a grito de «la reelección es indetenible» y de «Danilo o que entre el mar».

Usted señala en su artículo que los dos elementos claves de ésta crisis son: 1) la decisión del CP de reinstaurar la reelección y 2) la negativa de un numeroso grupo de legisladores del PLD a acatar dicha decisión.

En éste sentido, expresa usted que una insubordinación de éste grupo de legisladores representa un cuestionamiento a la autoridad de dicho organismo pero sobre todo del Presidente del PLD. Nada más distante de la realidad.

Me atrevo a decir esto por dos sencillas razones: 1) De acuerdo al artículo 13 de los estatutos del PLD «el Comité Central es la dirección e instancia superior del Partido después del Congreso (…)», por lo que al tomar una decisión de la trascendencia de una reforma constitucional sin consultar al CC, quien ha puesto en cuestionamiento su propia autoridad es el mismo CP, o más bien, 23 miembros de éste; 2) El párrafo cuarto del artículo 77 de la constitución dominicana afirma: «Las y los senadores y diputados no están ligados por mandato imperativo, actúan siempre con apego al sagrado deber de representación del pueblo que los eligió, ante el cual deben rendir cuentas», lo cual claramente determina que los diputados y senadores no tienen que seguir los mandatos de sus partidos, sino los de sus electores y por lo tanto posición de esos legisladores no es un menoscabo a la autoridad del Presidente del PLD sino más bien el ejercicio de un derecho que la propia constitución les otorga.

Al igual que una buena parte de la administración del presidente Medina, en su artículo usted se hace eco del argumento de que una mayoría «avasallante» del pueblo dominicano prefiere un modelo presidencial como el norteamericano, ya que el mismo permitiría una renovación constante del liderazgo político asegurando el acceso del relevo generacional a las posiciones de poder.

Si bien esta es una posición generalmente valida y con la cual en principio un servidor está de acuerdo, de aceptarse esta nueva fórmula, es mi parecer que la misma debería implementarse a partir del 2024 y hacerla extensiva a todos los cargos de elección popular, asegurando así que ninguno de los actuales líderes políticos pueda beneficiarse de éste nuevo modelo. De no hacerlo, quedaría demostrado que el verdadero móvil de la reforma no es promover la renovación de los liderazgos sino más bien legislar en beneficio propio, lo cual como todos saben es una violación colosal a los principios de legalidad e institucionalidad de cualquier nación.

Por otra parte, señala usted que a quien más le beneficia una reelección del presidente Medina es al Dr. Leonel Fernández, toda vez que «Sectores importantes e influyentes de la sociedad dominicana, todavía tienen un gran rechazo a su figura y eso provoca que en las encuestas su tasa de rechazo sea muy alta, lo que le dificultaría poder ganar las elecciones del 2016 en primera vuelta». A mi juicio nada se encuentra más distante de la realidad.

Me atrevo a hacer esta aseveración ya que en mi humilde opinión es todo lo contrario; más bien la razón por la cual la popularidad de Leonel Fernández llego a niveles tan bajos en un momento, es precisamente por los inclementes ataques a su figura (28 para ser exactos), los cuales en su mayoría han sido promovidos desde el palacio presidencial o bien han contado con el silencio cómplice de un sector que de no haber sido por el esfuerzo de Fernández en la campaña de 2012 no se encontrarían en la posición de poder que hoy se encuentran; posición de poder que paradójicamente les ha permitido dañar la imagen de aquel que los llevó a sus actuales cargos.

Hoy, ante los ojos del pueblo, se develan las verdaderas intenciones de Medina y su grupo, resultando evidente que convertir a Fernández en un cadáver político era la primera fase de un plan puesto en marcha el 16 de agosto de 2012 y cuyo único objetivo era el control absoluto de todas las instancias de poder, incluyendo la dirección del PLD.

Al declarar de manera constante su interés en no buscar una reelección, el Presidente Medina se eliminó a sí mismo como un posible blanco político, convirtiendo a Fernández en el objetivo aparente de la oposición al sindicalizarlo como la única opción en 2016 y al cual todos debían atacar para llegar al poder.

Esto dio como resultado que durante 3 años Leonel Fernández haya sido el blanco de los ataques de la oposición mientras el presidente Medina gobernaba con el beneplácito de todos los sectores y sin que le hicieran una sola huelga. Y a pesar de esto, distinguido Euri, Leonel Fernández continúa encabezando todas las encuestas en los escenarios electorales de 2016, y su famosa tasa de rechazo solo es tal, en las firmas encuestadoras, nacionales e internacionales, que se valen de la encuestadora Sigma Dos para hacer sus levantamientos de campo. Conoce usted la firma encuestadora Sigma Dos? Si no la conoce, le diré quiénes son: son los encuestadores personales del Presidente Danilo Medina. Documéntese, y averigüe, por ejemplo, quien hace los levantamientos para la Penn & Schoen en el país. La verdad es que nos han creído tontos a todos.

Más aún, al asegurarle millonarias contratas a cercanos colaboradores de una parte del liderazgo de la oposición, el presidente Medina se aseguró gobernar sin tropiezos y con niveles de popularidad que en condiciones normales no hubiesen sido posibles. En pocas palabras, hoy es imposible no reconocer que la popularidad tan cacareada del presidente Medina ha sido construida con la pretensión de desplazar y sustituir a Fernández.

Cómo ejemplo de éste planteamiento podemos citar el hecho de que una buena parte de los funcionarios de la administración Fernández que durante 8 años manejaron la vida económica y monetaria de la nación, a la llegada de Medina al poder hicieron un sospechoso mea culpa, declarando que «donde dije digo, digo diego» y endilgando de manera exclusiva a Fernández una responsabilidad que a todas luces era compartida. Y era compartida no sólo por esos funcionarios sino también por la administración Medina, clara beneficiaria de una buena parte de ese maletín lleno de facturas que el mismo Danilo declaró haber recibido de manos de Leonel.

Y es que en toda justicia, si el Presidente Medina fuera más responsable y valeroso, así como en 2008 dijo «me venció el estado» en 2012 debió decir «gané por las inversiones del estado».

Pero la incoherencia en nuestro país se da silvestre, usted es un vivo ejemplo de esto, ¿o es que acaso piensa que la población olvidó el tour de conferencias que realizó en 2008 postulando en contra de la reelección y sus peligros? Sí, Euri, usted anduvo el país y seccionales del PLD en el exterior en aquella ocasión advirtiendo de todos los males que acarrearía una reelección que en ese momento era LEGAL, y con un presidente en ejercicio con amplísima ventaja sobre su contendor más cercano, como luego se comprobaría en las elecciones de 2008; en las que su jefe político, el hoy presidente Danilo Medina, decidió sentarse y no trabajar.

Al igual que usted, los estrategas de Medina no tomaron en cuenta que el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han permitido alargar la memoria del pueblo, por lo que hoy podemos contar con decenas de horas de video y millones de bytes donde el Presidente Medina, de su propia voz decía no interesarle la reelección y criticarla.

El tema de la reelección, aún si pasa por acuerdo o por tecnicismo jurídicos, seguirá siendo un enfrentamiento entre el Danilo que desde 2007 y hasta hace unos meses decía que nunca optaría por la reelección y el Danilo que hoy debe mirar al pueblo a los ojos y decirle: «Les mentí».

José Gregorio Cabrera

Abogado