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RD impulsa los «Hospitales Seguros» para afrontar las catástrofes

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DAJABÓN.- El sistema sanitario dominicano se enfrenta desde hace años al reto de adecuar sus infraestructuras y personal para garantizar la atención a la población en situaciones de emergencia causadas por desastres naturales, una tarea que se desarrolla mediante el programa «Hospitales Seguros».

Esta iniciativa se puso en marcha en 2010 de la mano de la Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (Echo, por sus siglas en inglés), que luego pasó la tarea a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y a las instituciones sanitarias dominicanas implicadas en el proceso.

Según explicó a Efe el responsable de comunicación de Echo para Latinoamérica y Caribe, Hilaire Avril, este proyecto, que responde a la política de Reducción del Riesgo ante Desastres (Dipecho) que promueve este organismo de la Unión Europea, está siendo «bastante exitoso», aunque «todavía queda por hacer».

La isla La Española, que comparten Haití y la República Dominicana, es especialmente vulnerable a eventos naturales como terremotos o huracanes y, en momentos de catástrofe, «lo más importante es tener hospitales funcionales», dijo.

El programa, cuyos inicios financió la Echo, ya ha intervenido 52 hospitales públicos (de 184 que hay en el país), dando prioridad a los de la franja fronteriza con Haití, como el Luis F. Bogaert, en Mao, el centro de mayor envergadura en la región noroeste.

Una delegación de prensa internacional desplazada al país ha tenido ocasión de visitar este y otros centros que están aplicando las medidas necesarias para reducir riesgos ante desastres, y que han mejorado la calificación que se aplica (A, B y C), en función de la situación del establecimiento sanitario.

El vicedirector del hospital, Arístides Bernard, señaló a Efe que esta herramienta «nos sirve para brindar una seguridad factible» a los pacientes, tanto de la región como a ciudadanos haitianos que cruzan la frontera para recibir atención sanitaria.

«Antes teníamos la clasificación más baja (C, por problemas estructurales)», aseguró. El suelo presentaba problemas freáticos, que solucionaron; «tenemos una emergencia con un triaje experimentado (método de clasificación de pacientes) que antes no teníamos, y se amplió la capacidad de camas», añadió.

Con estas y otras medidas incluidas en un plan de reestructuración del Servicio Nacional de Salud (Senasa), el centro ascendió de nivel (B) y tiene capacidad de atender a la población en caso de desastre. Próximamente, se inaugurará una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), apuntó el doctor.

Más modesto es el Hospital Ramón Matías Mella, en Dajabón, población que hace frontera con la comunidad haitiana de Ouanaminthe, de donde recibe muchos pacientes.

Evaluado inicialmente con categoría C, su director, Víctor Moya, indicó a Efe la importancia del adiestramiento del personal en materia de desastres y temas epidemiológicos para subir de categoría.

«Ha mejorado mucho la bioseguridad hospitalaria», explicó. Si el personal no está entrenado en cómo manejar desastres «no importan las infraestructuras», aunque en ese plano también ha sido necesario hacer diversas intervenciones que han permitido al centro mejorar su clasificación, dijo.

Es «un hospital viejo» que presentaba «problemas eléctricos, de filtraciones en el techo, agrietamiento de paredes, de los fosos sépticos (…) eso lo hemos ido manejando», añadió. Y aunque aún hay trabajo por hacer para llegar al nivel A ya están muy cerca de alcanzarlo.

En este objetivo, la implicación de la comunidad de Dajabón, además del trabajo de la OPS y el Senasa, es fundamental.

«Cuando logran integrarse empresarios, el Ayuntamiento, los centros de madres, las juntas de vecinos, etc, es mejor, porque el pueblo va a cuidar lo que ha ido levantando», afirmó Moya.

También señaló la importancia de implicar a la comunidad en la mejora de los hospitales el coordinador de Atención a Desastres y Gestión del Riesgo, Gregorio Gutiérrez.

«Sin la comunidad no hay hospital. El hospital es el soporte de la comunidad en salud, pero la comunidad soporta al hospital en lo que necesita, porque si se le pide apoyo (agua, alimentos, combustible, seguridad), la comunidad va a venir. También trabaja en la divulgación» de informaciones que da el centro mediante charlas a la población, dijo en declaraciones a Efe.

Creada en 1992, Echo trabaja en más de 80 países, asistiendo a 120 millones de personas de promedio cada año, y cuenta con 150 expertos desplegados alrededor del mundo que evalúan las necesidades humanitarias y monitorean proyectos en materia de reducción del impacto ante desastres naturales. Agencias