El caso estalló el 19 de marzo de 2013, en el aeropuerto de Punta Cana, cuando las autoridades dominicanas detuvieron a dos pasajeros y dos pilotos franceses de un avión privado que se disponía a viajar rumbo a la localidad francesa de Saint-Tropez.
A bordo del aparato, la policía encontró 26 maletas que contenían 700 kilos de cocaína.
En su mandato, que data del jueves, los magistrados franceses decidieron enviar a 14 personas ante el tribunal de lo penal, entre otras razones, por “importación de estupefacientes en banda organizada”, es decir, cocaína, “posesión y transporte de estupefacientes” o “posesión de fondos” provenientes de actividades ilegales.
Entre las personas afectadas se encuentran los franceses Ali Bouchareb, ya condenado por tráfico de estupefacientes, y Frank Colin, figura de la jet set en Saint-Tropez y empresario en Rumanía, ambos designados como los “organizadores y comandatarios de las importaciones de estupefacientes”.
Además, serán juzgados los dos pilotos arrestados en Punta Cana, Bruno Odos y Pascal Fauret, que siempre proclamaron su inocencia y cuya rocambolesca “exfiltración” de República Dominicana, donde fueron condenados a 20 años de cárcel, fue uno de los principales sobresaltos de este caso.
Estos expilotos del ejército francés fueron designados como los “transportistas”, al igual que Fabrice Alcaud y Pierre-Marc Dreyfus, responsables de la compañía SNTHS de locación de aviones privados.
También serán remitidos al tribunal Nicolas Pisapia y Alain Castany, dos franceses a los que la justicia dominicana condenó a 20 años de cárcel en 2016 por el mismo caso, y que siguen en el país caribeño.
El abogado de Pisapia, Julien Pinelli, dijo a la AFP que recurriría este mandato de acusación. Agencias