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    La humillación política de un misógino llamado Trump

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    Por Humberto Salazar

    La figura de Donald Trump, pasará a la historia como el intento de incursión milagrosa en la actividad política de un empresario de Nueva York, para al final caer derrotado en las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos por la primera mujer que ocupará la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington.

    Hablamos de un individuo que solo puede ser explicable, desde el punto de vista de la política partidista, como el resultado de la transición evidente de un sistema político y económico que busca acomodarse a los cambios profundos que se han producido a partir de la revolución informática y electrónica.

    Trump y su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos, también es el resultado de la crisis de identificación por la que ha pasado en los últimos años el Partido Republicano, donde han surgido grupos fundamentalistas, como el denominado Tea Party, que han cuestionado abiertamente a los directivos de partido mas antiguo de la unión.

    Sin embargo, política aparte, cuando nos adentramos en la figura, pensamiento y actitud de Donal Trump, lo que notamos es una personalidad afectada de un egocentrismo exagerado, con los delirios de grandeza típicos de los populistas latinoamericanos, pero sobretodo profundos sentimientos que denotan una misoginia que es lo que provoca su no aceptación de lo que seguro será un resultado adverso.

    La palabra misógino viene del griego y se origina en el prefijo «miseo» que quiere decir odio o desprecio y «gyne» que significa relativo a la mujer, de donde se desprende que tipifica a aquel individuo que odia y menosprecia a las mujeres, sobretodo si tienen un papel destacado en la sociedad.

    Este rasgo de la personalidad de Trump, su peor pesadilla es perder las elecciones de una mujer, es mas cree en su ser interno que es imposible ser vencido por Hillary Clinton, es precisamente estar impedido, por su misoginia, que está compitiendo de igual a igual con una persona del genero femenino, a las cuales esta acostumbrado a tratar como seres inferiores.

    Resulta imposible para un misógino, entender que pueda ser vencido por una mujer, por esto comenzaron los «lloriqueos» tempraneros de Trump, algo inédito en la política norteamericana, como lo resaltó en el día de ayer el presidente Barack Obama en una comparecencia pública.

    Decía el presidente de los Estados Unidos, que pedía cordialmente a Trump que dejara de lloriquear antes de las elecciones, y que sus acusaciones de que las elecciones están amañadas podrían corroer la democracia de ese país, algo que resulta imposible de concebir en un sistema que tiene mas de 200 años votando en forma continua..

    Esta idea es tan descabellada, que un estudio de la Loyola University realizado entre los años 2000 al 2014, solo detectó 31 casos de algún tipo de fraude electoral en más de mil millones de votos, es decir algo insignificante.

    Pero alguna razón tendrá que argumentar Trump, el fraude es una de ellas, por su segura perdida electoral, por parte de una representante del sexo femenino.

    Hay que analizar en forma fría y alejada de todo tema partidista, la percepción de Trump sobre las mujeres en su conversación grabada y dada a conocer por el Washington Post, según él, tiene derecho por ser una celebridad, de besar a quien quiera en el momento que desee y además poner sus manos dentro de la ropa interior de cualquier mujer hermosa, porque esa es una de sus debilidades.

    Pero agrega que ella se dejan, es decir, la típica visión de que la mujer es un objeto para exhibición y uso de los hombres, que como él, se dicen poderosos y ricos, resulta imposible para una personalidad como esta, entender que va camino a una derrota a manos de una mujer, que hasta hace poco tiempo era solo la esposa de su amigo Bill, con quien jugaba al golf con cierta frecuencia.

    Durante las elecciones primarias del Partido Republicano, Trump ha demostrado un desprecio y odio hacia el sexo femenino, cuando se negó a asistir a uno de los debates con los demás candidatos que realizó la cadena Fox, conservadora por cierto, porque rechazó la presencia de Megan Kelly, quien es la presentadora estrella del canal.

    Esta le había preguntado porque llamaba a las mujeres «puercas gordas, putas y animales repugnantes», a lo que el hoy candidato republicano respondió que «uno podía ver que (a Kelly) le salía sangre hasta por los ojos, es mas, le salía sangre por todas partes» en una alusión obvia al proceso menstrual por el que pasan las mujeres.

    A esto le siguió su pedido de castigo para las mujeres que aborten, los señalamientos de peyorativos en contra de Alicia Machado, a quien llamó «puerca gorda» por haber aumentado de peso, y «miss ama de casa» por su condición de hispana.

    Hasta ser descubierto manteniendo una conversación sobre la forma en que realizaba sus ataques sexuales, de los que ya ha sido acusado por nueve mujeres, las que afirman que con ellas realizó las acciones de las que se jactaba en palabras que nunca pensó serían publicadas.

    Para nada vamos a creer que es el fin de Trump, todavía nos quedan poco mas de dos semanas para escuchar sus barbaridades, aunque para los que creemos en la dignidad y valía de las mujeres en todas partes del mundo, la venganza será verlo retorcerse en su misoginia patológica, cuando pierda las elecciones el próximo 8 de noviembre.