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    El nuevo reto

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    Por Nelson Encarnación                   [email protected]

    Cuando la mayoría de la población de un país decide poner su destino en manos de un gobernante para que lo dirija, espera que las  acciones se correspondan con sus expectativas, las cuales serán cada vez mayores, sobre todo en una nación donde aún quedan grandes tareas pendientes.

    Si analizamos con ánimo desapasionado los pasados cuatro años del presidente Danilo Medina se puede concluir en que hizo un esfuerzo extraordinario por colocar su administración a la altura de la esperanza que despertó su candidatura en 2012, la cual hizo que el 51 por ciento del electorado se decantara por esa opción.

    La mejor evidencia de que ha sido así la encontramos en la reedición del mandato de Danilo con una votación sin precedentes en la historia electoral dominicana, al ganar el pasado mayo con más de un millón 200 mil votos por sobre su contendor principal.

    Para conectar con los anhelos de esa población que confió plenamente en él y también con la que no le votó pero que igualmente espera su mejoría, el Presidente presentó un panorama lleno de optimismo y de renovación de esperanzas para todos los dominicanos.

    Como es natural los dirigentes de la oposición política nunca admitirán la existencia de cambios reales en muchos aspectos de la vida nacional y siempre verán el vaso medio vacío aunque solo le falten algunas gotas, pues su pesimismo es tan profundo que lo tienen como una convicción.

    Una de las críticas que de inmediato lanzó la oposición fue que durante su alocución ante la Asamblea Nacional el Presidente se dedicó a hacer promesas como si fuese un candidato. Por el contrario, nosotros vemos en el discurso presidencial no promesas sino anuncios sobre cuestiones puntuales que el Gobierno acometerá en la gestión que acaba de empezar.

    El Presidente de la República es el primero que está consciente de que desde el Gobierno no se hacen promesas sino que se asumen compromisos. De ahí la enumeración de esos compromisos en materia de salud, educación, creación de empleos, reducción de pobreza, seguridad ciudadana, atención a la niñez, fortalecimiento institucional, lucha contra la corrupción, transparencia, producción agropecuaria, estabilidad macroeconómica, entre otros.

    El jefe del Estado sabe también que los problemas fundamentales siguen latentes, pero está comprometido a darles respuesta trabajando con vigor.