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Consejos para que la cena de Navidad no te caiga mal

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Pavo y chancho hornado, chocolate caliente con pan de pascua, pasteles de yuca o plátano, arroz con gandules, lechón horneado, flan, arroz con dulce y pasas tembleque. mucho ron, ensaladas, budines, turrones, nueces, avellanas, almendras, chocolates, mantecol. Todoooooo… Y más.

Estos son algunos de los platos navideños que los lectores de BBC Mundo compartieron en nuestra página de Facebook.

Dondequiera que se mire, una verdadera -si bien deliciosa- bomba.

¿Hay algo que pueda hacerse para reducir su impacto?

Estos son algunos de los principales consejos nutricionales que te dimos en 2015 y que quizás puedan serte de ayuda para mantener esas calorías y esas grasas bajo control en estas fiestas.

Grasa y aceite

La variedad de aceites a nuestra disposición es enorme. De girasol, de maíz y de oliva son los más comunes, pero también hay otros, como el de colza, además de mantequilla y lardo.

Un corazón de mantequilla

Todos ellos reaccionan al calor de manera diferente, produciendo compuestos que pueden ser potencialmente dañinos para la salud.

Sobre esta premisa, y con ayuda de la Universidad de Montfort, en Inglaterra, este año te contamos cuáles son mejores para qué cosa.

Estos fueron los tips a los que llegamos:

  1. Intenta freír menos, especialmente a temperaturas altas.
  2. Minimiza la cantidad de aceite que utilizas y trata de limpiar el exceso de aceite (con un papel absorbente, por ejemplo) de los alimentos así cocinados.
  3. Usa aceite de girasol y de maíz, siempre y cuando no los vayas a calentar mucho, para freír o cocinar.
  4. El aceite de oliva -no tiene que ser extravirgen, esto no hace diferencia- es una mejor opción. Y para freír, el lardo es aún mejor.
  5. Guarda el aceite en un armario, fuera del alcance de la luz. Y no lo reutilices: hacerlo conlleva a la acumulación de productos dañinos.

  Azúcar

Se estima que, en países occidentales, un adulto promedio consume un kilo de azúcar en dos semanas.

No tanto directamente del paquete, sino de la gran cantidad que hay «escondida» en los alimentos que consumimos, especialmente los procesados.

En julio te ofrecimos unas ideas para tratar de identificar y poner coto al azúcar que consumes sin siquiera notarlo.

  1. Aprende cuánta azúcar deberías estar consumiendo: no más del 10% del consumo calórico total diario. De acuerdo con las recomendaciones de la OMS, eso se traduce en no más de 12 cucharillas de azúcar al día.
  2. Limita el consumo de refrescos: una lata contiene, en promedio, 9 cucharillas de azúcar, el 75% del total recomendado por día.
  3. Limita otros productos también altos en azúcar, como las bebidas alcohólicas y las salsas.
  4. Chequea en el empaque cuánta azúcar tiene lo que estás comprando. Busca la categoría «carbohidratos», que generalmente incluye otra subcategoría que indica «de las cuales azúcares». Toma en cuenta que la glucosa, fructosa, sacarosa, lactosa, maltosa y el jarabe de maíz de alta fructosa (todos los cuales pueden aparecer mencionados en el empaque) son azúcares.

 Sal

Es de conocimiento popular que el exceso de sal es dañino para la salud.

Múltiples estudios científicos han demostrado que puede ocasionar un incremento en la presión sanguínea, un proceso que puede iniciarse en la niñez.