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    ¡Temo teme!

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    «El que halla gusto en lo ajeno, está descontento con lo suyo», ese es un adagio del poeta latino Horacio (65 AC-8 AC), y que era manoseado de forma constante por mi tío Baudilio Jiménez (Chachá), que fue político, catedrático, locutor, músico, poeta y periodista. Él hacía uso de la misma cuando veía que alguien criticaba a otro sin fundamento.

    Introduzco el presente artículo con dicha frase, en razón a la actitud del protagonista que motiva el vaciado de mi opinión en estas líneas.

    ¿Quién? Temístocles Montás (Temo), que sin lugar a dudas es un hombre de Estado, pues en su biografía se destaca que ha desempeñado las funciones de Asesor económico de la Cámara de Diputados, administrador general de la CDE (1996-1998), secretario técnico de la Presidencia (1998-2000 y 2004-2006), ministro de Economía, planificación y desarrollo (2006-hasta la actualidad). Es uno de los responsables de la elaboración de estrategias económicas de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

    Se destaca que dentro de su haber está el de encabezar el equipo económico del gobierno dominicano, por mandato del presidente Leonel Fernández, que negoció los acuerdos de reestructuración de la deuda dominicana ante sus acreedores, en el Club de Paris y la banca privada en el año 2005, lo que le permitió a la República Dominicana extender los plazos de vencimiento de su deuda y dirimir sus pagos a largo plazo; en momentos en que el país enfrentaba la secuela de la mayor crisis económica y financiera de toda su historia, surgida en el año 2003, durante el gobierno del Ing. Hipólito Mejía y el PRD.

    Como podemos ver, el «background» del Ing. Montás demuestra que nuestro protagonista no es un «Piripipí», por lo que no necesita de un axioma para demostrar tales cualidades. Sin embargo, la actitud presentada en los últimos meses a través de los medios de comunicación y en los foros públicos en donde ha participado, dista mucho del cúmulo de su experiencia en el ejercicio político.

    Y lo planteo así, en razón a que cuando el Ing. «Temo» Montás decide hacer público su interés de ser el candidato a la Presidencia de la República Dominicana por el PLD, escoge como carpeta de campaña el nombre del ex presidente de la República Dominicana y presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Dr. Leonel Fernández Reyna, pero no para destacar las bondades de éste, sino al contrario, construye una estrategia de ataques negativos, algunas veces tan desconsiderados que nos hace pensar en alguien que nunca estuvo al lado del Dr. Fernández durante sus gobiernos y menos que fuera el jefe de su gabinete económico.

    Pero para no ser injusto en el inventario de mi observación, he querido citar algunos titulares de distintos medios de comunicación que destacan las expresiones del Ing. Montás, para compartirlos con ustedes.

    Por ejemplo:

    1- «Leonel se cree imprescindible e insustituible»

    2- «Leonel tiene una visión mesiánica del poder»

    3- «Leonel es quien debe agradecerle al PLD»

    4- «Aspiraciones de Leonel no son vientos que tumben cocos»,

    5- «Si ya Leonel fue presidente y Danilo lo es, en el 2016 le toca al tercero y el tercero soy yo, Temístocles Montás. De manera que decir Temístocles es equivalente a que el país progrese»,

    6- «Ese enfoque que está planteando el compañero Leonel sobre el liderazgo, es que los que estamos en el PLD nos sentemos a esperar que la antorcha de él gotee»

    Con tan sólo con escribir el título de «Temo y Leonel» y al darle un «clic» en Google aparecen varias expresiones al respecto.

    Yo lo he visto en video, y me imagino que ustedes también, pero no obstante a ese festival de palabras que en cierto modo pretenden descalificar al Dr. Leonel Fernández, éste se ha mantenido en silencio, sin vulnerar el código de paciencia que le caracteriza; sintonizando con aquella frase célebre que reza: «Deseo paciencia a los impacientes por verme desaparecer. Ya falta menos que antes» (Jacinto Benavente, 1866-1954, Dramaturgo español).

    Sin lugar a dudas, Abraham Lincoln tenía razón cuando esgrimió la frase «Hay momentos en la vida de todo político, en que lo mejor que puede hacer es no despegar los labios», pues si analizamos el caso en cuestión cada vez que el Ing. Montás abre la boca, se hace víctima de lo que dijo en una ocasión el escritor peruano Mario Vargas Llosa, «La Política saca a flote lo peor del ser humano».

    «En política hay que sanar los males, jamás vengarlos», palabras Napoleónicas que el pueblo ha hecho suya desde siempre, por eso cuando alguien que ha sido colaborador de otro en una empresa o acción, si sale a detractar a quien puso en sus hombros responsabilidades, las cuales pudieron generar algunas debilidades por su propio incumplimiento, si pretende utilizarla luego como parámetro de ataques, se salpica del lodo que pretende lanzar, pues es obra de sus propias manos. Además, suele ser más arriesgado para él cuando lo intenta ante una sociedad de fundamento cristiano, que rechaza a quien se pone el traje de Judas y desagravia a quien ha sido víctima de tal conducta.

    Si la táctica era elegir a Leonel Fernández, en razón a que las encuestas lo señalan como el político con mayor posibilidad de ocupar de nuevo la Presidencia de la República en el 2016, no obstante a que el mismo ni siquiera ha dicho si va, para polarizar con él, tal vez pudo haber sido positiva la idea; ahora bien, lo que es obvio que ha sido un error el texto utilizado para la aplicación de la misma, he ahí la razón por lo que entiendo que a pesar de todas las cualidades que como hombre de Estado destacamos del Ing. Montás, sin lugar a dudas su actitud de hacer criticas ácidas al Presidente del PLD ha generado todo lo contrario, pues la misma ha elevado aún más la aceptación del ex mandatario y en consecuencia lo ha colocado en un extra en la intención del voto.

    ¡Finalmente! al concluir les confieso que tal actitud me activa el recuerdo de lo que me dijera uno de mis maestros en las artes marciales, Freddy Inirio (Chory), quien decía: «El temor del oponente se demuestra de dos maneras: Primero: en la transpiración excesiva y Segundo: en una sobre actuada autoseguridad, sustentada casi siempre por crudas expresiones de descalificación».

    Si observamos el patrón asumido como discurso en cada una de las actividades de campaña de quien hacemos referencia en éste artículo, tendremos que colegir que a raíz del gran repunte de la posible candidatura del Dr. Fernández se ha generado tanto nerviosismo en algunos aspirantes, que hasta ¡Temo teme!

    ¡Hasta la próxima!